Directivos deben planificar el rumbo de su organización de cara al siguiente período

Después de culminar un año precedido por los retos económicos, los líderes de las organizaciones deben proyectar un 2024 con mayores desafíos pero con un panorama seguramente más positivo. Obviamente, para que sus organizaciones mejoren, deberán contemplar varios factores de planificación que permitan que sus empresas puedan tener un año próspero.

Por eso, para todo líder es importante preguntarse: ¿Cuáles son los principales elementos que se deben tener en cuenta para diseñar una estrategia exitosa para la compañía?

Al resolver este interrogante, encontramos que es fundamental que todas las empresas tengan un plan estratégico; sin embargo, hay varias compañías que intentan funcionar sin un plan definido. Este factor es crucial para evitar rezagos.

La consultora de planeación estratégica, On Strategy, reveló que el 86 % de los equipos ejecutivos destinan menos de una hora por mes a analizar la estrategia, y que el 95 % de una fuerza laboral típica no comprende la estrategia de su organización.

Por eso, “realizar un análisis estratégico completo y difundirlo correctamente entre todos los colaboradores, es fundamental para que toda la organización se trace metas claras y alcance los objetivos que tiene a corto, mediano y largo plazo. Los líderes deben estar en la facultad de elaborar y masificar los ideales de la organización”, acotó Juan Camilo Garcés, Director de Manpower Business Professionals.

Pero, ¿qué es el proceso de planificación estratégica? En términos muy simples, es el método que usan las organizaciones para elaborar planes destinados a lograr sus metas generales y a largo plazo. Es amplio, permite crear un mapa de ruta de los objetivos en los que se debe concentrar la organización y reconocer las iniciativas que son menos útiles para el negocio.

“Hay algunas fases que se deben cumplir correctamente para que esa planificación estratégica sea idónea, por ejemplo, se debe iniciar con la identificación del presente de la compañía, para identificar qué debemos mejorar y hacia dónde queremos ir, ese es el punto de partida. Cuando se hallan todas las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, podemos empezar a proyectar un 2024 fructífero para la organización”, comentó Garcés.

Luego de este primer paso, cada organización debe priorizar; es decir, cuando ya haya identificado su situación actual en el mercado, debe determinar los objetivos que permitirán lograr las metas. Es importante destacar que los objetivos deben coincidir con la misión y la visión de la compañía.

Posteriormente, se debe crear un plan estratégico para alcanzar las metas pactadas, realizando un cronograma con responsables para lograr los objetivos propuestos. Este plan debe incluir a todas las áreas de la organización y tener muy claro el por qué se debe hacer y el cómo se ejecutará.

Luego viene la parte táctica, la ejecución del plan. Es importante organizar revisiones periódicas con cada colaborador y sus superiores, y determinar los puntos de control para comprobar que estén en el buen camino.

Finalmente, todo plan puede estar sujeto a cambios. Aunque hubo una planificación exhaustiva, es probable que se puedan presentar modificaciones en la ejecución; por eso, idealmente, cada trimestre, se debería hacer una revisión de cuáles objetivos se han cumplido y cómo se puede continuar potenciando, adaptando el plan según sea necesario. Además, mirar cuáles metas están inconclusas para tomar las medidas necesarias para lograrlas.

“Es crucial que toda compañía anualmente revalúe las prioridades y su posición estratégica para asegurar el éxito de la organización a corto, mediano y largo plazo. Cumplir con todo este proceso es fundamental y por eso, siempre los directivos deben planificar el rumbo de la organización de cara al siguiente período”, concluyó Garcés.