
Un duro rechazo de la ciudadanía y diversos actores sociales, políticos y económicos causaron las revelaciones del diario El País de España, sobre los esfuerzos del ex canciller Álvaro Leyva para conseguir respaldo a sus planes de remover al presidente de la república, Gustavo Petro, de su cargo.
Leyva, cuya voz se escucha en grabaciones que dio a conocer El País diciendo que es necesario sacar a Petro de la Presidencia, involucra en las conversaciones a la vicepresidenta Francia Márquez, de quien dice que ha estado muy pendiente y respaldándola.
Y va más allá. Según Leyva, el enfrentamiento entre Márquez y Petro durante una reunión de ministros televisada, por el nombramiento de Armando Benedetti en el gobierno habría sido direccionada por él, que le habría aconsejado a la vicepresidenta lo que debía decir.
A través de un comunicado la vicepresidenta se pronunció y negó todo lo afirmado por Leyva. «No existe la posibilidad de que me preste para conspiraciones. No me mueve el resentimiento ni la conveniencia, y a quienes creen que podrán utilizarme como instrumento de sus ambiciones, les digo: están profundamente equivocados», dijo Márquez.
De acuerdo con las revelaciones de El País, el ex canciller Álvaro Leyva se reunió hace dos meses en Estados Unidos con personas allegadas al congresista Mario Díaz-Balart. El objetivo de Leyva era acercarse al secretario de Estado, Marco Rubio, y ejercer «presión internacional» contra el presidente Gustavo Petro para poner en su lugar a Márquez.
Álvaro Leyva es un político conservador, conocido por haber ejercido como mediador en varios procesos de paz de diferentes gobiernos con la antigua guerrilla de las FARC. Fue el primer canciller nombrado por Petro, en agosto de 2022. Desde su salida del Gobierno en 2024, ha acusado reiteradamente al mandatario de tener problemas de adicción a las drogas.
«Tengo la conciencia tranquila, la mente clara y el corazón firme. Respeto profundamente el orden constitucional, y dentro de este, la figura del presidente de la República como símbolo de la unidad nacional. Lo he expresado en público y en privado, y no debe caber duda: jamás he traicionado, ni cuestionado la autoridad legítima del primer mandatario de la Nación», reza el comunicado de la vicepresidenta.
«Mi carácter ha sido forjado en la lucha, mi dignidad no se negocia, y mi vocación de servicio no conoce atajos. He disentido cuando ha sido necesario, con respeto y sin estridencias, ejerciendo la crítica como un acto de honestidad y no como una forma de ruptura», añade.
Las revelaciones de El País han causado indignación incluso entre los opositores políticos del Presidente que consideran los planes de Leyva como un ataque a la democracia y a las instituciones, un hecho que debería granjearle al ex canciller, de 82 años. una dura sanción.