Telesalud, ¿qué desafíos quedan en el país?

Que haya un sano equilibrio en la garantía del derecho a la salud y la vida y se vea materializado en la prestación de los servicios. Con esa premisa, John Delgado, director de Prestación de Servicios del Ministerio de Salud y Protección Social, intervino durante Executive Summit Himms.

Su presentación fue Futuro de la telesalud, ¿qué se queda y qué se va?, en la que planteó la necesidad del ejercicio de rectoría desde el sector salud.

“Nos toca intentar buscar, que es lo que hemos venido haciendo, que haya un sano equilibrio para que al final la garantía del derecho a la salud y la vida se vea materializado en la prestación” de los servicios, aseguró Delgado.

En ese sentido, destacó que, claramente, durante la pandemia quedó en evidencia que garantizar la telesalud y teleorientación, es clave para mantener la prestación de servicios ante las necesidades de los pacientes del país.

Asimismo, reconoció “la importancia de flexibilizar formas diferentes de prestar servicios de salud, utilizando tecnologías, y lo que implica el reto de tener una explosión de servicios de telesalud y telemedicina para los actores del sistema”.

En ese punto, hizo énfasis en tres elementos, que rigen la prestación de los servicios: seguridad de la información, seguridad informática, la importancia de los resultados en salud y de la calidad de los servicios de salud. “Colombia tiene un sistema de garantía en la calidad cuando se prestan servicios”, reseñó el director.

Y explicó que quien quiera prestar servicios tiene que pasar un proceso de habilitación de servicios, realizando una inscripción en un registro, definiendo qué servicios va a ofertar y los reporta al Sistema de Salud.

“Cualquiera podría pensar que yo puedo tener una iniciativa de montar una empresa, alquilo una casa y pongo varios médicos a hacer lectura de laboratorios, pero esto requiere y tiene un rigor, para garantizar estándares de calidad, por eso es necesario que los prestadores se registren”, agregó Delgado.

En este punto, destacó que estos registros son susceptibles de ser auditados por cuenta de las entidades territoriales.

Delgado también definió teleorientación y teleapoyo, pues son diferentes. En el caso de teleorientación en salud, destacó que es el conjunto de acciones que se desarrollan mediante TIC para proporcionar al usuario información, consejería y asesoría en los componentes de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y paliación.

Y en el caso de teleapoyo, se refiere al soporte solicitado por una profesional de la salud a otro profesional de la salud, mediante TIC en el marco del relacionamiento entre profesionales.

Aquí aseveró que hay cuatro líneas que se tienen en cuenta, que son: telemedicina interactiva, telemedicina no interactiva, telexperticia y telemonitoreo. “Todas guardan esa interacción entre profesional y paciente”, que sirven de “sombrilla” de la telesalud.

Asimismo, Delgado precisó que en pandemia se surtieron cambios normativos, porque el país tenía una cantidad limitada de telemedicina habilitados.

“En Colombia no había incentivos que llevaran a las instituciones a ofertar estos servicios, pero la pandemia les dijo a las clínicas y hospitales que tenían que buscar un mecanismo para llegar a los pacientes”, agregó el funcionario.

Y, en ese orden de ideas, eso hizo que tuviéramos lineamientos transitorios para flexibilizar.

“Tuvimos una explosión del 300 % en solicitudes de telemedicina”, aseguró el funcionario, quien destacó que se hizo un trabajo intenso de autorización transitoria, para que las instituciones pudieran atender pacientes a distancia, con más de 130 millones de servicios de telemedicina.

Otra mirada que planteó Delgado pasó por la dinámica de sectores. En el caso del público, manifestó, está un poco rezagado, mientras que el sector privado con una gran intensidad de solicitud de prestación de esta modalidad. “El 90 % de las sedes son privadas y el 10 %, públicas”, detalló.

El funcionario también indicó que Antioquia, Bogotá, Valle del Cauca, Barranquilla y Santander puntean como entidades territoriales con más prestación de servicios de telemedicina, y destacó que medicina general, psicología, medicina interna, nutrición y dietética y pediatría son las que más se consultan a través de esta posibilidad.

Desafíos

Aún hay desafíos, dejó claro Delgado, quien planteó algunos de ellos. Por ejemplo, destacó, hay que revisar las asimetrías urbano-rurales. “La oferta en telemedicina se concentra en áreas urbanas y las rurales o dispersas tienen menos”.

Asimismo, destacó que se deberá trabajar en infraestructura, seguridad informática y seguridad de la información, modelos de prestación de servicios flexibles, desarrollo de competencias digitales, no todo médico ni profesional está capacitado.

También la incorporación de nuevas tecnologías, apropiación de la interoperabilidad, desarrollo normativo (a vece más lento que la tecnología) y sostenibilidad e incentivos, es decir, cómo plantear un esquema armónico en el que sea apetecible ofrecer estos servicios.

“El objetivo es garantizar los resultados en salud, pues tenemos que garantizar el derecho a la salud y el derecho a la vida”, dejó claro Delgado.

Por otra parte, el funcionario, frente al futuro, resaltó que hay un lapso para que los prestadores digan si se quieren quedar con esos servicios o no.

“Quienes no se manifiesten van a tener automáticamente habilitados los servicios y se harán visitas”, aseguró el funcionario.

En este punto, manifestó que se elabora un documento de buenas prácticas para la práctica de la telemedicina, al destacar que la protección de los datos de los pacientes también es una prioridad.