El pasado viernes 19 de marzo se celebró el Día Mundial del Sueño y, para esta versión, el lema fue: “sueño regular para un futuro saludable”. Esta fecha se conmemora el tercer viernes de cada mes de marzo y es considera de gran relevancia porque busca sensibilizar a las personas sobre la importancia de tener un buen descanso y a los expertos para que eduquen a la población sobre su importancia, ya que este es el tercer pilar de una salud sostenible después de una buena dieta y el ejercicio.
La OMS considera que el insomnio es una epidemia de salud pública, ya que antes de la pandemia alrededor del 15% de la población mundial venía sufriendo de trastornos del sueño en niveles crónicos y un 40% ha experimentado algún tipo de queja. Por lo anterior, especialistas como el director del Centro de Investigación del Sueño de la Universidad Laval en Quebec, Charles M. Morin lidera una investigación en 15 países para medir el impacto en el buen descanso durante la pandemia y reveló recientemente un incremento del 30% sobre estas cifras advirtiendo que, los casos en niños han aumentado.
Algunos expertos atribuyen esto al incremento en los cambios de dinámicas y el encierro provocado por la COVID-19, inclusive lo catalogan como el ‘coronainsomnio’ debido a que es un fenómeno que afectó a las personas en todo el mundo e inició por el estrés e incertidumbre que provocó la pandemia.
El Dr. César Humberto Torres González, médico psiquiatra psicoterapeuta y docente de la Fundación Universitaria San Martín afirmó que “la permanencia en el hogar y el aislamiento tuvo como consecuencia cambios en la dinámica de las actividades y rutinas del día a día, situación que favoreció los cambios de horarios y en ocasiones, generó en las personas la falta de interés en socializar o la hiperactividad que conduce a extensión de las horas de trabajo y la prolongación del descanso”.
Sin embargo, el especialista afirma que existen diferentes causas por las cuales se presentan dificultades para conciliar el sueño, entre estas las más relevantes son: problemas fisiológicos a nivel respiratorio, hormonales, gastrointestinales o neurológicos de los cuales se desprenden patologías “como la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas, dolor crónico, neuropatías, reflujo gastroesofágico, hipertiroidismo, demencias, entre otros, pero la forma más clara para identificarlas son las alteraciones del estado anímico como la depresión, la ansiedad y el estrés”.
No siendo suficiente, el especialista afirma que algunas de las consecuencias de no tener un buen descanso son la sensación de fatiga física y mental, fuertes dolores de cabeza, dolor en los músculos, espasmos cervicales, dificultades de concentración, irritabilidad, ansiedad y reducción de la capacidad de respuesta.
El Dr. Torres asegura que, por lo tanto, si usted está teniendo problemas para conciliar el sueño o duerme pocas horas, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones que pueden ayudarle para tener un mejor descanso:
Adecuar un ambiente apacible, tranquilo y libre de estímulos que puedan altear el sueño como la luz y aparatos tecnológicos.
Ingerir alimentos en cantidades moderadas y preferiblemente livianos durante la noche.
Realizar ejercicios de relajación, respiración, estiramiento y meditación.
No consumo de sustancias psicoestimulantes en horario nocturno como la cafeína o la nicotina que pueden afectar la conciliación del sueño.
Respetar y mantener horarios estables para ir a la cama y descansar.
No realizar actividades académicas o laborales en la cama, este espacio es un lugar que se debe considerar solamente para dormir y descansar.
Limitar o controlar la ansiedad anticipatoria frente a la posibilidad de experimentar insomnio, es decir, ir a la cama con el pleno convencimiento de lograr un agradable descanso nocturno.
Teniendo en cuenta que un gran porcentaje de la población sufre algún tipo de alteración del patrón de sueño a lo largo de la vida, el especialista sugiere consultar con un médico inmediatamente si se tiene problemas para descansar, pues en este punto es muy probable que se pueda corregir o, si lo padece desde hace más de tres meses, inicie tratamiento con un especialista para mejorar la calidad de vida.
La Fundación Universitaria San Martín reconoce que la presencia del trastorno debe alertar a las autoridades sanitarias para reducir el impacto de este e incidir sobre los factores controlables o modificables que conduzcan al buen vivir de sus ciudadanos, desde un enfoque que responda favorablemente sobre la salud fisca y mental de todos.