n desarrollo de la Operación Emporio, dirigida contra las redes del contrabando en Bogotá y los departamentos de Antioquia, Bolívar, Sucre, Magdalena, Risaralda y Valle del Cauca, fueron capturados 18 presuntos integrantes del ‘Clan del Golfo’.
Los detenidos deben responder por los delitos de favorecimiento y facilitación del contrabando, cohecho, concierto para delinquir con fines de narcotráfico y contrabando.
Gracias a las investigaciones, las autoridades lograron establecer una alianza criminal entre alias ‘Chiquito Malo’, cabecilla de la organización ‘Clan del Golfo’; alias ‘Arévalo’, señalado por las autoridades por narcotráfico, y alias ‘Mañe’, capo de una red dedicada al contrabando.
Las autoridades lograron identificar que alias ‘Mañe’ y su estructura brindaban el apoyo logístico para el transporte de contrabando desde Panamá a Colombia, y la mercancía la recibía alias ‘Arévalo’, como pago por los cargamentos de cocaína que llegaban a varios países de Centroamérica.
La red podía transportar hasta 7 toneladas de mercancía de contrabando en un solo envío, producto del pago de estupefacientes propiedad del ‘Clan del Golfo’, desde Colón (Panamá) hacia puertos clandestinos en la Costa Caribe.
La principal ruta empleada por esta organización para el transporte de contrabando hacia Colombia comenzaba por vía marítima en Panamá. Luego hacía conexión con la Costa Caribe a bordo de lanchas rápidas o en barcos. Posteriormente, la mercancía se trasladaba en furgones hacia el interior del país.
Otra de las modalidades delictivas consistía en el pago de altas sumas de dinero a funcionarios aduaneros en los puertos y a otros funcionarios públicos para facilitar la salida y movimiento de la mercancía de contrabando.
En el operativo participaron la Policía Nacional, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), la Fiscalía General de la Nación, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en ingles) y el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.
Las 18 capturas se lograron luego de un trabajo interinstitucional y coordinado que abarcó dos semanas en labores de seguimiento e inteligencia y análisis financiero de las autoridades colombianas y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos.