Una luz de esperanza para la humanidad se enciende desde los laboratorios de la compañía de biotecnología estadounidense Moderna, que anunció que su vacuna contra covid-19 entrará en la fase final de pruebas el 27 de julio
Se trata del primer laboratorio en el mundo en alcanzar esa etapa y el ensayo se hará con 30.000 participantes en Estados Unidos, la mitad de los cuales recibirán la vacuna en dosis de 100 microgramos, mientras que a la otra mitad se le suministrará un placebo.
El primer objetivo del ensayo será comprobar si la vacuna es segura y evita la infección del coronavirus. Si una persona contrae covid-19, se tratará de ver si la vacuna puede frenar el avance de los síntomas.
El estudio se extenderá hasta el 27 de octubre de 2020. Con este progreso, Moderna se sitúa al frente de la carrera hacia una vacuna contra el nuevo coronavirus que, desde fines de diciembre, contagió a más 13 de millones de personas en el mundo y causó más de 570.000 muertes.
El martes pasado la publicación científica ‘New England Journal of Medicine’ presentó los resultados obtenidos desde la primera fase de investigaciones. Éstos mostraron que las primeras 45 personas vacunadas desarrollaron anticuerpos del virus.
Moderna había publicado en mayo resultados interinos de la llamada fase 1 de experimentación en su sitio web. Allí informó que la vacuna había generado respuestas inmunológicas en ocho pacientes.
Aunque ese dato había sido calificado de alentador por Anthony Fauci, el máximo encargado de enfermedades infecciosas de Estados Unidos, la mayoría de la comunidad científica había indicado que esperaría al informe completo revisado antes de juzgar lo conseguido por el laboratorio.
Según el ‘New England Journal of Medicina’, 45 participantes fueron divididos en grupos de 15, cada uno de los cuales recibió dosis de 15, 100 y 250 microgramos. Todos recibieron una segunda dosis 28 días después.
Tras la primera ronda, los niveles de anticuerpos resultaron más altos con dosis más elevadas y, tras la segunda ronda, los participantes tenían más anticuerpos que la mayoría de los pacientes de covid-19 que habían generado sus propios anticuerpos.
Más de la mitad de los participantes sufrió efectos secundarios leves o moderados pero no a un nivel tal que se tuviera que cancelar la prueba. Esos efectos secundarios incluyen fatiga, escalofríos, dolor de cabeza, dolores en el cuerpo y dolor en el lugar de la inyección.
Tres participantes no recibieron su segunda dosis, incluyendo uno del grupo de los de 25 microgramos que tuvo sarpullidos en sus piernas. Dos participantes (uno del grupo de 25 microgramos y otro del de 250 microgramos) no tuvieron la segunda dosis porque contrajeron síntomas de covid-19, pero exámenes posteriores les dieron negativo.
La tecnología de Moderna, basada en el ARN mensajero, apunta a dotar al organismo de las informaciones genéticas necesarias para desarrollar preventivamente una protección contra el coronavirus.
La ventaja de la tecnología de Moderna es que permite obviar la necesidad de producir proteínas en laboratorios lo cual evita un proceso de meses y ayuda a acelerar la producción masiva. Ninguna vacuna de este tipo ha recibido la aprobación de las autoridades regulatorias hasta el momento.