Dura derrota del Gobierno en el Senado: se hundió la consulta popular

El gobierno del presidente Gustavo Petro sufrió una dura derrota en el Senado, que hundió la consulta popular que impulsaba el Ejecutivo. La iniciativa tuvo 47 votos por el sí y 49 por el no y fue precedida por la resurrección de la reforma laboral.

La jornada en el Legislativo estuvo tensa y se inició con una discusión por más de cuatro horas del orden del día que tenía como primer punto la discusión y votaciones de los informes positivo y negativo de la apelación de la reforma.

A pesar de que inicialmente miembros de la bancada del Gobierno criticaron que estuviera en el orden del día la apelación, y de que apenas 24 horas después de que los ministros Armando Benedetti y Antonio Sanguino calificaran el informe de apelación como una “burla» para embolatar la consulta popular, el Gobierno dio un giro 180 grados: los mismos funcionarios le pidieron este miércoles a la plenaria del Senado votar a favor de esa propuesta y hacer un acuerdo para tramitar la iniciativa antes del 20 de junio.

Ese inesperado giro planteó serias dudas sobre el futuro de la consulta popular promovida por el Gobierno.

Algunos sectores han calificado la inclusión de la votación del informe de apelación como una “jugada” para dañarle el camino a la consulta y como parte del manejo político del presidente del Senado, Efraín Cepeda.

En el Senado el debate de la consulta popular comenzó el pasado martes y duró más de siete horas. Uno de los argumentos de la oposición para negar la reforma fue el millonario costo que iba a tener el mecanismo.

Los senadores aseguraron que estaría entre 700 mil y 800 mil millones de pesos. En la misma línea, algunos congresistas argumentaron que el camino más rápido era revivir la reforma laboral ya que la consulta, si llegaba a ser aprobada, tenía un camino largo por recorrer y debía volver al Legislativo.

De acuerdo con expertos, algunos de los factores que influyeron en la decisión del Senado fueron las últimas amenazas del jefe de Estado y que el Gobierno no logró consolidar las mayorías.

“Surtió efecto la estrategia de la oposición -donde contribuyó el presidente del Senado al haber abierto la votación para la apelación de la hundida reforma laboral. Con el desarchivo de la laboral, muchos indecisos y congresistas que estaban con el gobierno, pero no estaban convencidos de la consulta se voltearon”, dijo el analista Gabriel Cifuentes.

También, aseguró que influyó el temor por los efectos que podría tener la consulta de cara con las elecciones. “Al haber desarchivado la reforma laboral, el costo político de quienes votaron en contra y estaban indecisos por cálculos electorales se elimina. Ya no había excusa para realizar la consulta (si el argumento fuera que la consulta se convocaba tras el hundimiento de la reforma en la Comisión VII); el trámite en el Senado fue confuso, desorganizado y de dudosa legalidad de cara con lo establecido en la ley”, agregó Cifuentes.

Para el analista político, Fernando Posada, el ‘no’ del Congreso fue una factura que le pasaron al Presidente por las amenazas y el tono hostil que ha usado en su discurso en las últimas semanas. Sobre todo en el discurso de la marcha del 1.° de mayo, en el que lanzó la premisa: “o aprueban la consulta o el pueblo los revoca”.

«El problema ha sido el lenguaje y la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo. Mientras que la mayoría de los proyectos reformistas han contado con una relación sólida con el Congreso, en este caso el tono ha sido beligerante y no se ha logrado una interlocución estable. El Congreso, por su parte, le cobró al Presidente su tono intimidante y también le dejó claro que no cede ante la presión, un mensaje que se fue reafirmando desde la oposición a medida que aumentaba la confrontación del jefe de Estado. El Gobierno necesita abrir canales de diálogo efectivos con el Congreso», dijo el analista.