Víctimas reconstruyen la memoria histórica

Durante varios encuentros, las víctimas residentes en los barrios La Ermita, Buenos Aires y Camilo Daza, de Cúcuta, que conforman el sujeto de reparación colectiva ‘La Malla’ elaboraron el documento de diagnóstico del daño que recopiló paso a paso los hechos violentos y actores armados que durante años generaron dolor, temor, zozobra, muerte y desolación en estos sectores de la Comuna Siete. 

“Nos reunimos las tres comunidades para articular todo el recuento de lo pasamos y vivimos cada uno de nosotros en nuestros sectores, ya que fuimos muy golpeados por la violencia”, manifestó Yolima Rojas, miembro del comité de impulso. 

“La del Eln fue la toma más grande que hubo acá en nuestra comunidad, un 12 de enero de 1994. Estaba yo embarazada y esa noche asesinaron a unos jóvenes que estaban en un billar. De esa noche sangrienta un joven quedó inválido, Daniel, que hoy en día todavía está vivo e hicieron ir a muchos jóvenes de la comunidad porque traían lista”, relata uno de los testimonios registrado en el documento.

Palabras que evocan emociones, sentimientos o estados de ánimo ligados al dolor, la pérdida, el temor, la rabia, el resentimiento, el agotamiento y la frustración, fueron enunciadas de manera frecuente por las víctimas en sus testimonios. Los daños emocionales no son homogéneos, las lecturas de las vivencias afectivas que se descubren en los relatos de las víctimas son singulares y diversas.

“Todo comenzó en 1983 en el barrio Buenos Aires donde fue todo muy cruel. Hoy rendimos homenaje a todos los líderes caídos, sacando adelante toda esta memoria”, dijo Dora Melo, miembro del sujeto colectivo. 

Desplazamiento, homicidio, perdida de bienes, fueron entre otros, los hechos victimizantes que vivieron durante décadas estas comunidades que hoy recuerdan con nostalgia a sus seres queridos y amigos que perdieron en medio del conflicto armado urbano que azotó a parte de la comuna siete en la ciudad. 

“Es gratificante ver la unión y el trabajo en equipo de esta comunidad que empezó a generar la reconstrucción de su tejido social y el fortalecimiento de sus proyectos de vida. Continuamos con el acompañamiento y seguimiento para resarcir los daños causado por la violencia generando la implementación de los planes de asistencia, atención y reparación”, manifestó la directora de la Unidad para las Víctimas en Norte de Santander y Arauca, Johanna Gelvez. 

Culminada esta etapa del proceso, el próximo año se iniciará el diseño y formulación del plan integral de reparación colectiva para avanzar en la ruta de acuerdo con lo establecido en la ley 1448.