Gobierno reconoce autoría de policías en muerte de abogado

Unos policías mataron a un ciudadano colombiano, deshonraron el uniforme, violentaron las normas de comportamiento ético, desconocieron todo el esfuerzo de formación de la institución. En relación con ellos ya se están tomando las decisiones”, dijo el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, en una plenaria del senado refiriéndose a la muerte del abogado y taxista Javier Ordóñez después de ser capturado por varios policías en Bogotá.

Durante su intervención Trujillo pidió que se investiguen y se establezcan los posibles delitos que decenas de personas habrían cometido en las protestas que originaron las muertes de 13 personas y destrucción de 22 CAI, en la capital de la República.

“Se ha preguntado muchas veces, ¿quién dio la orden? (de disparar), seguramente pensando en que las órdenes se dan desde arriba para que los policías salgan a disparar y matar indiscriminadamente ciudadanos. Eso no es así, no funciona así”, dijo el Ministro.

Durante la sesión parlamentaria Trujillo agregó que “si hay policías que cometieron el delito de homicidio, pues hay que condenarlos por ese delito (…), pero también hay que conocer los nombres y los delitos de quienes hayan sido autores materiales o instigadores de una serie de delitos que están contemplados en el Código Penal, porque aquí de lo se trata es de conocer la verdad”.

El comandante (e) de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Carlos Rodríguez, indicó que ya hay “92 policías que están plenamente identificados y que posiblemente participaron en actividades de incumplimiento a los reglamentos”.

Refiriéndose a las protestas y desmanes que se registraron la semana pasada el uniformado precisó que “en este caso no hay ningún caso de protesta ni de vigilancia, fue un hecho vandálico, delincuencial, que llegó premeditado directamente a afectar las instalaciones policiales”.

Según el director (e) de la Institución, general Gustavo Moreno, no es cierto que se haya autorizado la participación de efectivos vestidos de civil con el ánimo de controlar las manifestaciones.