Colombia está al borde de alcanzar las 100.000 muertes por COVID-19

Colombia vive una situación complicada debido al prolongado tercer pico de la pandemia de COVID-19 , que lejos de mejorar se agrava con récords consecutivos de fallecimientos que tienen al país al borde de la escalofriante cifra de 100.000 muertes.

El Ministerio de Salud confirmó ayer por cuarto día consecutivo un nuevo récord, esta vez de 599 defunciones, lo que elevó a 96.965 la cifra de fallecidos por la enfermedad, la décima más alta del mundo.

Desde el 9 de junio, el país registra más de 550 muertes diarias que están relacionadas con un aumento de los contagios, atribuidos en parte a la reapertura total de las principales ciudades y a las aglomeraciones por las protestas contra el Gobierno, suspendidas este martes después de casi 50 días de movilizaciones.

«El incremento de las muertes ya muestra una tendencia de meseta e incluso los promedios móviles se siguen incrementando; no se observa todavía una tendencia de descenso y eso también es porque tenemos una positividad de las más altas», explicó la epidemióloga y analista de datos Silvana Zapata.

La experta considera que la situación no obedece solamente a las reaperturas económicas y las movilizaciones, sino también a una alta interacción social, a las variantes de la covid-19 que circulan en el país y han derivado en una mayor transmisibilidad del virus, así como a la vacunación que se desacelera principalmente los fines de semana.

Enfermos de 50 a 69 años, los más vulnerables

La tercera ola, que se prolonga desde mediados de abril, tiene comprometidas las unidades de cuidados intensivos (UCI) , muchas de ellas al límite de su ocupación con pacientes entre los 50 y los 69 años que representan además la mayor cantidad de víctimas mortales diarias.

Según el Ministerio de Salud, de los 599 decesos informados hoy, 297 corresponden a personas en ese rango de edad, mientras que 2.712 de los 5.026 enfermos que permanecen en una UCI hacen parte de ese segmento de población.

Una de las situaciones más críticas, la vive Cali , epicentro de las protestas contra el Gobierno que comenzaron el 28 de abril y capital del departamento del Valle del Cauca, la tercera región más afectada por la pandemia con 293.384 infecciones de las 3.802.052 confirmadas en el país.

«Estamos viviendo una prolongación de un tercer pico que no sabemos a ciencia cierta hasta cuándo nos puede llegar y (…) tenemos una petición de 180 camas pendientes de asignar en la unidad de cuidados intensivos», advierte en una entrevista con Efe Luis Alberto Parra, médico coordinador de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Unidos por la Vida de Cali.

Parra señala que las manifestaciones sociales «rompieron todas las barreras de contacto» y «hacen que el virus circule mucho más», afectando principalmente a la población que no está vacunada.

«La tendencia de hospitalización hoy en pacientes de cuidados intensivos ha ido girando en pacientes mucho más jóvenes, por debajo de 55 años, mientras en la población que ya está vacunada, la población de los 60 años que ya llegó a su segunda dosis de vacunación, ha ido bajando la ocupación», destaca.

El panorama también es alarmante en Medellín , capital del departamento de Antioquia, la segunda región con más contagios (583.749), donde la ocupación de las UCI supera el 95 %.

«En la Clínica CES nos encontramos con una ocupación del 100 % donde tenemos alrededor de 70 pacientes con infección activa por covid. En cuanto a las UCI, amanecimos con una sola cama libre, la cual ya está solicitada», dice a Efe Eduardo Cardona Vélez, especialista en medicina de urgencias de la Clínica CES de Medellín.

La epidemióloga Zapata explica que las personas más vulnerables en esta ola de la pandemia fueron priorizadas en las etapas 2 y 3 del Plan Nacional de Vacunación, pero atribuye a «un problema de comunicación y a las noticias falsas» el hecho de que el 40 % o 50 % de los pacientes que están muriendo es precisamente el porcentaje de adultos de entre 50 y 69 años que han desistido de vacunarse.

Mejorar el autocuidado

El ministro de Salud, Fernando Ruiz, anunció este martes que se prolongará hasta las 12 semanas la aplicación de la segunda dosis a quienes recibieron la vacuna de Pfizer , «lo que permitirá ampliar de manera extensa la capacidad de vacunación en la población más joven», que todavía no ha sido priorizada.

Sin embargo, la vacunación no es suficiente mientras los contagios sigan en aumento, razón por la que Zapata considera que la solución no es una nueva cuarentena, como sugieren algunos sectores, debido a que el país está en un punto muy distinto de la emergencia sanitaria, que no se resuelve encerrando a las personas porque «hay un cansancio pandémico».

«Tenemos que llegar a un punto de equilibrio donde el ciudadano de a pie sepa que se tiene que seguir cuidando, que tiene que guardar el distanciamiento y que si no es necesario salir de casa, no lo haga, con el fin de que evite una transmisión», advierte.