En Colombia, el comercio ilícito de cigarrillos presenta un desafío creciente. En 2023, el consumo de cigarrillos ilegales alcanzó el 35%, marcando la cifra más alta registrada desde 2015.
Además, de acuerdo con el Observatorio de Registro y Control Anticontrabando (Orca) de la FND, se descubrió que en el país, en el transcurso del año anterior se confiscaron 5,5 millones de unidades de cigarrillos en cajetillas, con un valor estimado superior a los $11.500 millones.
Esta situación no solo afecta los ingresos fiscales y distorsiona la competencia, sino que también está estrechamente relacionada con el crimen organizado transnacional, alimentando flujos financieros ilegales y debilitando las instituciones democráticas. La amenaza para el país y la región es aún mayor con la participación de países como México, China, Camboya, Vietnam, Turquía, Corea del Sur e India, que son reconocidas como principales fuentes de procedencia de cigarrillos ilícitos.
En este contexto, se estableció la alianza público-privada para prevenir y combatir el comercio ilícito de productos comerciales y su relación con el crimen organizado transnacional que actualmente opera en Colombia, Ecuador y Panamá (COEPA).
La alianza llevó a cabo un encuentro en Ciudad de Panamá el pasado 2 de febrero, donde se hicieron visitas a entidades estratégicas responsables de regular y controlar el comercio de productos más afectados por la ilegalidad, especialmente los cigarrillos falsificados y de contrabando que transitan por los diferentes puertos.
COEPA es liderado por el General (R) Juan Carlos Buitrago Arias, de la Policía Nacional de Colombia, quien cuenta con 33 años de experiencia y amplios conocimientos en investigación criminal, inteligencia estratégica, contrainteligencia operativa y gubernamental y autor del libro ‘Los Principios no se Negocian’.
Durante la jornada, el General (R) resaltó que “Latinoamérica se está convirtiendo en un foco de criminalidad. Los cárteles de la droga y grupos terroristas utilizan Latinoamérica como una autopista para entregar sus productos ilegales a mercados de todo el mundo. He visto de primera mano cómo estas operaciones criminales utilizan el comercio ilícito para financiar y hacer crecer sus otras actividades ilegales, como el lavado de dinero, la corrupción y el cibercrimen. Solo en América Latina, estamos viendo aproximadamente 1,700 toneladas de cocaína producidas anualmente en Colombia. El volumen de comercio ilícito en América Latina está creando ondas de crimen en todo el mundo”.