El sector lácteo ha sido una industria resiliente hacia las innumerables crisis enfrentadas en los últimos años y, las soluciones implementadas no han sido lo suficiente para potencializar la industria, la cual es un reglón clave para la economía del país.
En el debate de control político liderado por la Comisión V de la Cámara de Representes, los diferentes representantes aseguraron que la práctica de adicionar lactosueros a la leche, causando su adulteración para después venderla como un producto puro, es una problemática estructural que viene afectando a ganaderos y a la industria como tal desde hace varios años.
Congresistas como César Eugenio Martínez Restrepo, comentó que “es criminal” vender leche que no sea este producto, haciéndolo pasar como lactosuero. “Darle leche a un niño simulando que es leche, es criminal. Nosotros tenemos una materia prima que es la leche y que es sustancial para el desarrollo cerebral de los niños”
Hoy, para Colombia, no es una prioridad establecer laboratorios que garanticen la producción de leche de calidad y por ende, existe una falta de seguimiento y compromiso por parte de las autoridades para garantizarle a los campesinos un precio justo.
En Colombia, la tradición ganadera ha jugado un papel fundamental en el país, representando el 12% del PIB agrario lo que equivale al 20% empleos agrarios o 736.000 empleos. No obstante, el bajo consumo en Colombia (152 litros por persona al año), la baja productividad el país, el precio regulado y la práctica de la adulteración de la leche con lactosuero ponen en riesgo a los ganaderos del país, quienes el 63% afirman ser familias de bajos recursos.
“Desde el 2019 apoyamos a más de 300 mil campesinos en el proceso de demandar a nueve empresas colombianas por la vente de leche adulterada como leche pura. Es nuestro compromiso mejorar las condiciones de productividad de los campesinos y paralelamente, lograr que las autoridades respectivas les brinden el seguimiento adecuado a estas irregularidades”, comenta Roberto Ramírez director de Demogan.
Según estudios de Fedegan, por cada litro de leche que se consume en Colombia 2,3 litros no son procesados, cifras que recalcan los problemas estructurales dentro de la industria. “Para el país es un reto incentivar el consumo de leche con el fin de apalancar la cadena de producción y distanciar al productor colombiano de obtener un precio mínimo”, concluye José Félix Laufarie, presidente ejecutivo de Fedegan.
Es necesario que las autoridades competentes brinden soluciones estructurales y tomen acciones pertinentes con el fin de reducir el impacto negativo a uno de los sectores con mayor potencial en el país. Hay que combatir el engaño y garantizar que los ganaderos estén laborando bajo un ambiente justo y competitivo.