Cinco niños de la etnia Yukpa, con edades entre los 3 y los 15 años y todos hermanos, fallecieron trágicamente, aparentemente debido a una intoxicación por consumir un fruto. Este fatídico suceso tuvo lugar el pasado domingo en las proximidades del resguardo indígena Iroka, ubicado en la vereda El Limón, municipio de Codazzi.
Se ha confirmado que los niños estaban bajo el cuidado de su padre, ya que su madre había permanecido en un hogar de paso en Valledupar durante dos meses, atendiendo a otro de sus hijos, también menor de edad, quien requería atención médica regular debido a problemas de salud.
El domingo por la mañana, el padre decidió asistir a un servicio religioso y dejó a los menores al cuidado de una niña de 15 años. A su regreso, tres de los niños ya habían fallecido, mientras que los otros dos, de 3 y 11 años, presentaban graves problemas de salud. Ante esta situación, el padre y otros miembros de la comunidad los trasladaron al Hospital de Codazzi, desde donde fueron remitidos a una clínica de mayor complejidad, donde lamentablemente fallecieron a las 7:30 p. m. del mismo día.
Inicialmente se consideró que se trataba de un accidente por la ingestión accidental de un fruto o alimento, pero una comisión de autoridades indígenas desplazada a la zona sugirió que el caso podría tratarse de un homicidio premeditado.
Edward Álvarez, sociólogo y asesor del cabildo Yukpa, señaló que una de las niñas de 11 años presentaba heridas en el cráneo y su vestido estaba rasgado, lo que sugiere que los menores podrían haber sido obligados a consumir algún alimento envenenado.
«Es importante destacar que esta fue una escena profundamente dolorosa para todos sus familiares. Los hechos ocurrieron en las afueras del resguardo debido a la falta de tierras para las comunidades. Además, estos niños indígenas no fallecieron debido a un accidente; fueron víctimas de un crimen. No es creíble que hayan consumido corozo, ya que el pueblo indígena Yukpa son cazadores y recolectores y conocen bien qué alimentos son seguros. Alguien los obligó a consumir algo que les causó la muerte. Se han tomado dos decisiones importantes: la realización de una autopsia por parte de Medicina Legal y que el caso sea investigado por la justicia ordinaria, con la intervención de la Fiscalía General de la Nación», declaró Álvarez.
Añadió que la comunidad Yukpa exige que se haga justicia por lo ocurrido con estos niños, ya que existe similitud con un incidente ocurrido en 2018, cuando un capataz de una finca envenenó a dos niños, y no están dispuestos a permitir que se repita la historia.
Los cuerpos de los cinco niños fueron trasladados a la morgue de Medicina Legal de Valledupar.
La directora nacional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Astrid Cáceres, también se refirió al caso, expresando su repudio ante el asesinato en circunstancias sospechosas de cinco niños Yukpa entre 3 y 15 años en el resguardo de Iroka. Manifestó su solidaridad con la tristeza de la comunidad y solicitó el esclarecimiento de los hechos, haciendo especial hincapié en la intervención de la Fiscalía General de la Nación.