El presidente Gustavo Petro Urrego propuso un acuerdo entre Colombia, China, Estados Unidos y México para enfrentar las nuevas tendencias en el mercado de la cocaína que surgen ante el auge de otras drogas ilícitas como el fentanilo.
“Tenemos unas mafias norteamericanas, europeas, chinas, latinoamericanas, y seguro que hay otras –seguro que hay africanas–, construyendo un mercado global de la cocaína» en respuesta a que el consumo del fentanilo en los Estados Unidos “se volvió más preponderante», dijo el jefe de Estado en el Primer Encuentro de Directores de Policía de América Latina celebrado en la capital del país.
“Ahora nos toca investigar y saber qué pasa en China, y coordinarnos con la policía china, cosas que hay que construir, y coordinarnos con las policías europeas, y ver cuáles son las mafias y los jefes de las mafias», indicó.
Planteó que Estados Unidos empieza a dejar de verse como referente en el mercado ilegal de cocaína y el lavado de dólares en Colombia se está canalizando por el comercio chino. Por lo tanto, la mafia colombiana conoce los contactos de las mafias del país asiático y “esa interrelación se puede volver mercado de la cocaína».
“Este es un problema que, lo que está cuestionando, es la forma como nos estamos organizando política y económicamente como seres humanos en el mundo», puntualizó el presidente Petro.
El sur, el nuevo escenario
Consideró que en este momento son las grandes ciudades del sur de Latinoamérica las que cuentan con la capacidad de asumir la misma dinámica de los Estados Unidos en el mercado de la cocaína.
“Significa que todas las mafias más poderosas de Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, se están juntando en el sur, con armas y con una capacidad de destrucción de la selva amazónica que se vuelve un peligro contra la humanidad, porque es el pulmón, así de simple», indicó.
El nuevo mercado –expuso– no es la cocaína, sino la pasta de coca, pues los laboratorios para procesarla están pasando a Europa.
“En España, en Holanda, en Serbia, los albaneses, los checos, las mafias construidas dentro de Europa hoy llegan a los caseríos colombianos, pero también llegarán a otros caseríos latinoamericanos a construir una venta que ahora ya no es de cocaína, sino que es de pasta de coca, porque la cocaína se hace en Europa», expresó el Presidente.
Nueva tendencia criminal en Colombia
Manifestó que este fenómeno criminal obliga a que se debe buscar otra solución para enfrentar la estructura delincuencial colombiana. La solución expuesta por el mandatario es la de pasar la lucha contra el crimen “a otras economías ilícitas o, por lo menos, mantener esta mientras dure y construir otras», como en el caso de la persecución a la explotación ilegal del oro.
El oro, dijo, “se nos volvió una economía ilícita que mata» ante el estancamiento del mercado de la cocaína en Estados Unidos, “con una destrucción ambiental en nuestro propio país intensa en los ríos, con enfermedades por el uso del mercurio» que se podría contener con la comercialización estatal de ese metal precioso.
La otra tendencia delincuencial en el país, señalo el gobernante, se refleja en “un crecimiento de una actividad extorsiva que es, ni más ni menos, la destrucción de libertades humanas por parte de un organismo armado que puede matar. En lugar de sacar dólares de la cocaína. Ahora, la plata de la organización criminal sale del pobre, no del consumidor de cocaína en Estados Unidos, sino del pobre campesino tendero que hay en un territorio».