La firma Roark Capital (dueña de la marca Dunkin) anunció este 24 de agosto la compra de la cadena de sánduches Subway y con ello esta última termina una historia de más de 50 años de propiedad de un grupo familiar que ha estado marcada por las dificultades en meses recientes.
El proceso de venta de Subway comenzó públicamente en febrero del presente año en el que la cadena buscaba US$10.000 millones siendo un precio elevado que alejó a varios interesados potenciales. Entre los postores interesados estaban firmas como TDR Capital y Sycamore Partners.
En el anuncio de hoy ni Subway y Roark revelaron el precio de la transacción.
Roark tiene en su portafolio más de una docena de cadenas de restaurantes. Lo llamativo del acuerdo para comprar a Subway es que tiene más restaurantes en muchos países y genera más ventas anuales que todos los demás que ahora forman parte del grupo, excepto Dunkin’.
Esa propiedad de los restaurantes se da a través del holding Inspire Brands, por medio del cual Roark posee marcas como Dunkin’, Baskin-Robbins, Sonic, Arby’s, Buffalo Wild Wings y Jimmy John’s.
Por separado, ubicada bajo Focus Brands, la empresa es dueña de Auntie Anne’s, Carvel, Cinnabon, Jamba, McAlister’s, Moe’s Southwest Grill y Schlotzsky’s. Roark también invirtió US$200 millones en la cadena Cheesecake Factorydurante los primeros días de la pandemia de Covid-19 para solventar sus dificultades a evitar la insolvencia.
Subway ha estado tratando de cambiar su negocio bajo la dirección del director ejecutivo John Chidsey, quien se unió a la compañía en 2019, de acuerdo con reportes de CNBC.
La compañía renovó su menú, reclutó nuevos franquiciados e invirtió en tecnología. En la primera mitad del presente año, sus ventas comparables aumentaron un 9,8 %, lo que pondría en camino el éxito del cambio de estrategia.
«Esta transacción refleja el potencial de crecimiento a largo plazo de Subway y el valor sustancial de nuestra marca y nuestros franquiciados en todo el mundo», dijo Chidsey en un comunicado el jueves.
Fundada en 1965 por Fred DeLuca y Peter Buck, Subway pasó de ser una única tienda de sándwiches en Connecticut, Estados Unidos, a convertirse en un gigante mundial de la comida rápida.
Sin embargo, a pesar de su presencia global, desde hace aproximadamente una década las ventas de la empresa han caído en la medida en que su oferta de sándwich de cinco pies de largo y su agresivo desarrollo ejercieron presión sobre las ganancias de los franquiciados.
La cadena se vio aún más afectada por el sonado juicio del ex portavoz Jared Fogle y la muerte del director ejecutivo DeLuca, ambos ocurridos en 2015, recopiló CNBC.
De acuerdo con documentos de divulgación de la franquicia, Subway finalizó 2022 con aproximadamente 20.600 ubicaciones abiertas en EE. UU., por debajo de su máximo de 27.100 en 2015. Si bien la cadena sigue cerrando locales franquiciados, el ritmo se ha ralentizado considerablemente. La cadena cerró 571 unidades el año pasado, frente a los más de 1.600 restaurantes que cerró en 2020.
La mitad de la empresa de DeLuca quedó en manos de su familia después de su muerte. Buck, que murió en 2021, entregó su parte a una organización benéfica dirigida por sus hijos. Chidsey le dijo a Restaurant Business Online que convenció a las dos familias para que consideraran vender la empresa.
En la comunicación sobre el negocio no se revelaron detalles sobre nuevos negocios, nuevos desarrollos y planes de fusionar las marcas o integrar sus productos.