El Congreso de Perú destituyó hoy al presidente, Pedro Castillo, por «permanente incapacidad moral» con 101 de 130 votos a favor, después de que este anunciara la disolución del Legislativo y declarara un «gobierno de excepción de emergencia», lo que ha sido calificado como un «golpe de Estado» por diferentes miembros del gobierno, incluida la vicepresidenta Dina Boluarte, quien asumió la presidencia.
La tercera moción de vacancia contra Castillo estaba prevista para ser debatida hoy, pero el sorpresivo anuncio del jefe de Estado apresuró la votación de la resolución sin intervenciones. La vacancia contó con 101 votos a favor, cuando se necesitaban 87, una cifra que la oposición previamente no alcanzaba, pero la decisión de Castillo de disolver el cuerpo cambió radicalmente el panorama.
El titular de la Mesa Directiva del Congreso, José Williams, consideró la medida de Castillo como un «golpe de Estado» a pocas horas del tratamiento de su posible destitución.
Las fuerzas armadas y la Policía Nacional del Perú (PNP) emitieron un comunicado conjunto dando a entender que el presidente no tenía motivos para disolver el Congreso y que, por tanto, se posicionaban contra cualquier ruptura del orden constitucional. De hecho, tras su discurso, Castillo abandonó el palacio de Gobierno y se dirigió a la prefectura de la PNP, en Lima, donde quedó detenido.
En un mensaje por la televisión pública Castillo había anunciado la disolución del Parlamento y la convocatoria a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes que debía elaborar una nueva carta magna en un plazo de nueve meses.
Pero rápidamente perdió el respaldo de varios integrantes del gobierno que poco después renunciaron, entre ellos el jefe del ejército Walter Córdova y cuatro ministros, incluidos el canciller César Landa y el ministro de Economía, Kurt Burneo.