Se elevó el número de colombianos que padecen diabetes. De acuerdo con el más reciente informe de la Federación Internacional de Diabetes, se estima que, en todo el territorio nacional hay 3.4 millones de personas con la patología; que al mismo tiempo se encuentra entre las primeras diez causas de muerte en el país.
Sin embargo, según el Ministerio de Salud y Protección Social, el número sería mucho más elevado y esto se debe a que casi la mitad de los individuos, con dicha afectación en su salud, no saben que están enfermos.
“No tener conocimiento del diagnóstico podría retardar el seguimiento médico, trayendo consigo complicaciones graves como ceguera, trastornos que llevan a amputaciones de miembros inferiores, aparición de enfermedades cardiovasculares o, al igual que la hipertensión arterial, una diabetes mal tratada es precursora de la enfermedad renal crónica”, explicó la Dra. Liliana Silva Gómez, gerente médico de diabetes y enfermedades cardiovasculares de Sanofi.
El comportamiento que ha tenido esta condición en Colombia guarda relación con la situación de la enfermedad en todo el mundo. En ese sentido, durante el 2021, alrededor de 537 millones de adultos, entre los 20 y 79 años, tenían diabetes; una tendencia creciente que, de continuar así, para el año 2045 llevaría a más de 783 millones de personas con tal diagnóstico y requiriendo tratamiento.
Con respecto al tratamiento, y a pesar de que desde su descubrimiento hace 100 años, la insulina cambió el curso de la enfermedad, controlando su progresión y previniendo complicaciones en los pacientes que la necesitan, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que, por diferentes causas, solo el 50% de pacientes con diabetes tipo 2 que la requiere, logra contar con esta medicación.
“La insulina es la base del tratamiento en la diabetes tipo 1 y parte del grupo de terapias para el manejo de la diabetes tipo 2, según el estado de la enfermedad y la determinación médica. Como con cualquier terapia, para que el tratamiento sea exitoso, se requiere una adecuada educación y acompañamiento del paciente, con una comunicación permanente entre éste y su equipo de salud, administrando su tratamiento de forma continua y según la indicación médica, adicional a la adopción o refuerzo de hábitos de vida saludables (ejercicio, alimentación, manejo del estrés, etc).”, explicó la Dra. Silva.
La especialista también recalcó que, en cualquiera de los casos, es importante facilitar el acceso a los fármacos, que haya un diagnóstico oportuno y seguimiento médico permanente, aportando de esta manera en la mejora de la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores, así como en una mayor eficiencia para los sistemas de salud de Latinoamérica.