Firman compromiso por la salud renal en América Latina

AstraZeneca ha anunciado en Latinoamérica una nueva asociación estratégica con la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión (SLANH) para desarrollar y promover proyectos en favor de la concientización de la importancia del diagnóstico temprano para la enfermedad renal crónica.

La alianza permitirá contribuir a las áreas de interés pertinentes, que constan de tres pilares clave: salud renal, educación y acceso a la información tanto de médicos como pacientes, investigación y desarrollo, y análisis del impacto del COVID-19 en pacientes con diálisis y trasplantes durante 2022.

“Estamos orgullosos de firmar esta alianza con la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión que nos permitirá distribuir la red de conocimientos de AstraZeneca y nutrir la conversación alrededor de la enfermedad renal crónica al llegar a la mayor cantidad de nefrólogos y personal de la salud en la región posible”, comentó Sylvia Varela, vicepresidenta de Área para AstraZeneca Latinoamérica.

En Latinoamérica, la prevalencia de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) supera los 60 millones de personas y se incrementa en zonas que viven en extrema pobreza, tienen pobre acceso al sistema de salud y altas frecuencias de diabetes e hipertensión. La ERC es una causa importante de pérdida precoz de vida y representa costos elevados para los sistemas de salud y la coloca como la segunda causa de años de vida perdidos ajustados a calidad de vida.

Por tal razón, esta alianza impulsará actividades de educación y otras iniciativas relacionadas a la Nefrología, para reducir inequidades y mejorar los desenlaces de esta enfermedad en colaboración de la comunidad de SLANH.

“Confiamos en que esta cooperación generará valor agregado a la región a través de programas educativos, formación a médicos y pacientes y la investigación para visibilizar el impacto del COVID-19 en poblaciones más vulnerables”, señaló Larisa Ramírez, directora Médica para AstraZeneca Latinoamérica.

Lo anterior se vuelve relevante, considerando que, en las etapas más avanzadas de la enfermedad, según el Registro Latinoamericano de Diálisis y Trasplante, las terapias de sustitución renal como diálisis peritoneal, hemodiálisis y trasplante renal se han incrementado de forma sostenida en los últimos años.

Se estima que de las 500 mil personas que reciben alguno de estos tratamientos, más de 150 mil se sumaron en la última década. Situación que se ha complicado gracias a la pandemia de COVID-19, que encontró en Latinoamérica y sus disparidades, un terreno fértil para profundizar las inequidades y hacer más visibles las debilidades en los procesos de diagnóstico y tratamiento en todas las etapas de la enfermedad.