El 11 de septiembre de 2001 pasó de ser un bello y despejado día a uno de los más lúgubres en la historia de Estados Unidos. Casi 20 extremistas secuestraron cuatro aviones comerciales en la costa este y los chocaron contra las Torres gemelas en Nueva York, el Pentágono en Washington y uno más que cayó en un campo abierto en Pensilvania. Casi 3.000 personas murieron y la historia se dividió en dos para la nación. Hoy, 20 años después, las heridas siguen abiertas para testigos y supervivientes.
Mientras las Torres Gemelas ardían en llamas, decenas de personas se lanzaban por las ventanas. Las grabaciones de llamadas a la línea de emergencias 911, hechas públicas por las autoridades, dan muestra del horror en su interior cuando muchos suplicaban por ayuda. La atención se centraba en Nueva York, pero los extremistas tenían más blancos en la mira.
Dos décadas puede parecer mucho tiempo, pero para quienes perdieron a sus seres queridos los ataques del 11-S no son un caso olvidado y hoy siguen reclamando transparencia y Justicia.
La publicación de algunos apartados de documentos de inteligencia ha sugerido presuntos vínculos de Arabia Saudita como Estado patrocinador, por lo que su formación, que representa a alrededor de 1.800 personas entre familias de las víctimas, rescatistas y algunos sobrevivientes, mantiene una demanda contra Riad en una corte federal, en Manhattan.
En medio de una fuerte tensión política, este sábado se llevarán acabo los homenajes en el país a todas las víctimas que fallecieron en los aviones que se estrellaron en las Torres Gemelas y en el Pentágono, así como los miles de que perdieron la vida en la larga guerra en Afganistán.
En una soleada mañana, como la que se vivió aquel 11 de septiembre de 2001, la ceremonia comenzó con el desfile de representantes de los servicios de emergencia portando una bandera estadounidense, tras lo que el Young People’s Chorus de Nueva York entonó el himno nacional. De inmediato se observó un minuto de silencio por las víctimas de los atentados del 11Septiembre
Con la presencia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros predecesores en el cargo como Bill Clinton y Barack Obama, este sábado dieron inicio a la conmemoración de los atentados.