En los albergues de Arauquita hay alrededor de 1.700 menores de edad; la mayoría de las madres de estos menores exponen una inquietud que está relacionada con las manifestaciones de temor de sus hijos tras las vivencias en el estado Apure, jurisdicción de Venezuela.
Una de las mujeres, a quien llamaremos María, comentó lo siguiente: “Mi niña tiene seis añitos y son cosas que un niño no debería presenciar. Ayer estuvo por acá en el albergue el Ejército colombiano y ella se asustó; y es que si uno de grande siente a pánico aun sabiendo que ellos no nos van a hacer nada, pues imagínese a la niña”.
Esto ocurre con la niña de María, otra mamá, quien también está en uno de los albergues. Se refirió al caso de su niño: “Mi hijo tiene nueve años y vivía un trauma cada vez que escuchaba los helicópteros, o las bombas, por eso salimos”.
Por su parte, los niños también comentan lo vivido. Por ejemplo, la conversación con María se dio tras escuchar a su niña de seis años contándole a una mujer adulta detalles de lo ocurrido en la casa que tienen en el estado Apure.
Debido a esto, se le solicitó autorización a María para conversar con su niña; ella autorizó, y esto comentó la menor:
“Cuando yo había terminado de llorar, llegaron unos hombres que querían llevarse a mi papá y me puse a llorar mucho. Mi mamá me decía ‘cálmese, cálmese, y me calmé’. Cuando dejé de llorar entré al cuarto de mi tía, de mi tío, y en el de mi abuela y ellos desordenaron todo”.
Para conocer el impacto que puede tener en la salud mental de los niños que han pasado por estas experiencias, se consultó a la doctora en Psicología Clínica de la Salud e investigadora de la Universidad de Los Andes, Diana Agudelo Vélez, quien explicó que hay hechos victimizantes que pueden ocasionar en algunas personas secuelas permanentes.
“Y esto es lo que psicólogos y psiquiatras denominamos estrés postraumático y hace referencia al mantenimiento por largos periodos de las imágenes intrusivas y recuerdos disruptivos asociados con eventos de violencia que condujeron a los episodios y a las vivencias del trauma”.