El accidente de un camión cisterna en la vía entre Ciénaga (Magdalena) y Barranquilla, cerca al peaje de Tasajera, originó una tragedia luego de que los pobladores de la zona intentaran recoger en galones de plástico parte del combustible que llevaba el vehículo.
De acuerdo con las autoridades, miembros de la comunidad sacaron al conductor mientras que otros trataban de aprovechar para recoger el combustible. Sin embargo, debido a los vapores de la gasolina se inició una conflagración que no les dio tiempo a muchas personas para huir.
Siete pobladores de la zona murieron calcinados y estarían irreconocibles, de acuerdo con algunas versiones, y otras 49 personas resultaron con quemaduras de segundo y tercer grado, 14 de ellas de mucha gravedad.
Los heridos fueron trasladados a Santa Marta y Ciénaga, donde se activaron las rutas de atención en salud y se pidió apoyo a los departamentos de Atlántico y Cesar, porque hay muchos pacientes que requieren traslado inmediato, incluso a Bogotá.
En el corregimiento de Tasajera hay cerca de 2.500 viviendas donde hay hacinamiento y mucha pobreza. En su mayoría, las personas dependen de la pesca y de lo que se comercializa en el mercado de mariscos.
La concesionaria Ruta del Sol II, encargada de la operación de esa vía, emitió un comunicado en el que informó que una ambulancia y algunos operadores llegaron al lugar del accidente, pero los pobladores se habrían negado a atender las alertas de los funcionarios.
La Policía también estaría tratando de prevenir sobre el riesgo de una explosión, pero la mayoría de quienes habían llegado hasta el lugar habrían continuado en su labor pese a las advertencias. Al final, el camión no explotó, pero se desató un incendio incontrolable, que no les dio tiempo de reaccionar a las víctimas.
El vehículo había cagado 5.950 galones de gasolina en la estación mayorista de Galapa, Atlántico, que iban con destino a la estación de servicio Sierra Nevada de Santa Marta.
Las autoridades están tratando de identificar a los heridos a las víctimas fatales, pero el reconocimiento se hace difícil debido a los estragos causados por las llamas.