Con las Escuelas de la No-Violencia, cerca de 70 líderes de 27 organizaciones sociales y colectivos artísticos avanzan en la formación de ciudadanos en sus barrios con habilidades en torno a la paz, memoria del conflicto armado en Medellín y estrategias para la resolución de problemas a través del arte.
En los primeros cuatro meses de actividades, alrededor de 663 niños, niñas, adolescentes y jóvenes han sido impactados con acciones y reflexiones que van de la mano de las organizaciones comunitarias en cada territorio. Se han desarrollado escenarios de trabajo como foros, encuentros reflexivos, sesiones formativas, intercambios y acciones territoriales.
De esta apuesta hacen parte las comunas Popular, Santa Cruz, Manrique, Aranjuez, Doce de Octubre, Robledo, Villa Hermosa, La Candelaria, San Javier y el corregimiento Altavista, territorios que se convierten en la prueba piloto de una nueva cultura con la que Medellín busca transformar una historia violenta en un presente y un futuro de construcción de paz con arte y cultura.
“El trabajo en red y articulado es uno de los principales pilares que han instaurado las Escuelas de la No-Violencia, por eso, diversos colectivos y organizaciones continúan dinamizando procesos de construcción de paz. Este trabajo lo realizamos comprendiendo su incidencia territorial y su experticia en procesos formativos y pedagógicos teniendo como centro el arte y la cultura”, dijo la subsecretaria de Construcción de Paz Territorial, Carolina Saldarriaga.
Son siete Escuelas de la No-Violencia que acompañan a diferentes poblaciones alrededor de la ciudad. Algunas de esas organizaciones y su trabajo son:
La escuela uno está ubicada en las comunas 3-Manrique y 1-Popular. De ella hacen parte la Corporación Biblioteca Comunitaria Sueños de Papel y el Grupo Juvenil Utopías Empantanadas que llevan a cabo su propuesta en los barrios La Cruz y La Honda. Allí, se sensibiliza sobre la violencia basada en género, la discriminación, el maltrato y el bullying. Lo anterior, lo realizan mediante estrategias como un periódico y la narración de historias. Esta escuela también trabaja con las organizaciones Corporación Convivamos, el Colectivo Víctor Jara y la Cátedra Martín Baró.
La escuela dos, ubicada en la comuna 2- Santa Cruz y 4 -Aranjuez está conformada por dos alianzas de cinco organizaciones: la Corporación Mi Comuna junto a la Corporación Nuestra Gente y el Colectivo Playoneando. Esta escuela impacta a los barrios Sinaí y Villa del Socorro. Las corporaciones Amiga Joven y Primavera trabajan en el barrio San Pedro – sector Lovaina con niños, niñas, jóvenes y adolescentes (NNJA) de los inquilinatos que se ubican en esta zona en la que hacen prevención de violencias de género desde la educación popular y un enfoque socioambiental con juego, yoga y pintura.
“A mí me parece que este tipo de escuelas es lo mejor porque aquí me enseñan muchas cosas hermosas, me gusta todo lo que yo hago acá, porque todo es increíble y todo lo hacen con una buena intención y lo hacen para que uno se sienta bien”, cuenta Patricia Escalona, una de las niñas que asiste a la escuela número siete, en La Candelaria.
La escuela tres, Oasis de Paz, trabaja en las comunas 5 -Castilla, 6 -Doce de Octubre y 7 -Robledo. Allí, se articulan cuatro corporaciones: Casa Mía, Corporación Robledo Venga Parchemos, Ramiquiri e Iraca, y Acrobatic, que labora en los territorios del Paraíso de Robledo Aures, sector de La Esperanza, sector Brisas de Robledo y Primaveral y sector La Torre. Su actividad está mediada por el circo social, acrobacias, malabares, danzas tradicionales, música y audiovisual.
La escuela cuatro, denominada Movimiento Periférico, se ha convertido en un ecosistema de organizaciones sociales que se localiza en la comuna 13 – San Javier y busca convertir al sector en embajador de la No-Violencia. Allí trabajan la Corporación Circo Social-Arte 13, YMCA-Medellín, Teatro La Parlacha y la Corporación Berenice.
La escuela cinco, que está en la comuna 8 -Villa Hermosa, está compuesta por cuatro organizaciones: AK47, Conexión Diversa, Territorio Mestizo y Semilla Urbana. Allí desarrollan, desde la comunicación, la educación popular, identidades de género y diversidades sexuales, y están ubicadas en los barrios Altos de la Torre, 13 de Noviembre, Llanaditas y El Pinal.
La escuela seis, del corregimiento Altavista, es dinamizada por la Corporación Cultural Altavista, que promueve la recuperación de la memoria y el fortalecimiento de la identidad corregimental. Esta propuesta se hace, principalmente, a través de la comparsa y está ubicada en Manzanillo, la Centralidad, Aguas Frías y el Morro Corazón.
Finalmente, en la escuela siete, ubicada en la comuna 10 -La Candelaria, se encuentra el Colectivo Cultural El Hormiguero, Circo de la Rúa y Everyday Homeless. Esta propuesta trabaja con población víctima de violencia, desescolarización, habitantes en situación de calle, analfabetismo, abandono u orfandad. Aquí implementan una estrategia de prevención en los barrios Colón, Las Palmas, Bomboná 1 y Boston, lo anterior, a través del muralismo, stop motion, la comunicación y la fotografía.
“Nuestro trabajo se enfoca en prevenir que los NNAJ que habitan en el Centro se conviertan en los próximos habitantes de calle de Medellín. Ellos tienen unas condiciones de vulnerabilidad muy particulares y lo que hacemos es fomentar espacios seguros, y arrebatarlos un ratico de estar en las calles y que se sientan acompañados aquí”, dijo Nataly Cartagena, formadora de las escuelas y directora de la Corporación Everyday Homeless.