La Alcaldía de Medellín firmó un pacto con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que impulsará los procesos relacionados con la justicia restaurativa en la ciudad. Este compromiso institucional de voluntades es el primero que se logra desde la Alcaldía de Medellín en materia de implementación de procesos restaurativos de inclusión integral con enfoque territorial y busca materializar el compromiso del más alto nivel de la Administración Municipal con la implementación del Acuerdo de Paz.
“Esto en definitiva es un gana gana para todo el mundo, gana la ciudad porque vamos a tener acciones que van a permitir reparar territorios, reparar a comunidades que fueron afectados de alguna manera en el marco de este conflicto tan difícil y doloroso que hemos tenido. Consideramos esto un avance muy importante, agradecemos a la JEP que haya escogido a Medellín como una de las ciudades pioneras”, dijo el alcalde Daniel Quintero Calle.
La firma del Convenio para Reforzar y Priorizar Estrategias, Proyectos y Acciones orientadas a la Construcción de Paz Territorial con Enfoque Restaurativo es el inicio de la implementación de este tipo de procesos que involucran a víctimas y ofensores, familias y comunidad en general, y que ayudarán a avanzar hacia la reconciliación de la ciudad.
El presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz, Eduardo Cifuentes, expresó que, «Medellín, a través de este acuerdo, ofrece una enorme capacidad institucional para establecer programas, proyectos, trabajos colectivos en los cuales víctimas, victimarios, en términos de justicia restaurativa, van a cerrar esa brecha que dejó el conflicto armado interno. Comienza, pues, la justicia restauradora en Medellín con el alcalde, Daniel Quintero«.
Los cuatro compromisos centrales del convenio están basados en: la construcción de procesos restaurativos integrales con enfoque territorial, que permitan cerrar las brechas de exclusión, desigualdad y desventaja a las comunidades afectadas por el conflicto armado; la aplicación de la justicia restaurativa con la implementación de sanciones propias, trabajos, obras o actividades tempranas con vocación reparadora; el diseño de una campaña de comunicación estratégica que acompañe la implementación de los compromisos; y la implementación de canales de diálogo y acercamiento con actores estratégicos del territorio como los sectores económicos, sociales, grupos de apoyo y la academia.
En este mismo sentido, esta firma ayudará a la construcción de una verdad dialogada que aporte a los macro-casos priorizados por la JEP, específicamente, en el Caso 04 que prioriza la situación territorial de Urabá, Bajo Atrato y Darién.
Con este aporte a la verdad, las 23.000 personas que habitan en Medellín y que fueron víctimas en los municipios antioqueños priorizados por este caso podrán construir propuestas restaurativas para la recuperación cultural de sus raíces y cosmovisiones, tal como lo propone el enfoque territorial del Acuerdo de Paz, en el que el territorio trasciende la ubicación geográfica.
El convenio también busca acompañar el proceso extrajudicial de la JEP, para garantizar, en la medida de lo posible, una participación más igualitaria con expectativas más cercanas a la realidad del sistema judicial que permita abrir caminos para futuros procesos de reconciliación y no repetición.
El secretario de la No-Violencia, Juan Carlos Upegui recordó: “Todos estos procesos restaurativos parten de la idea de darle participación a los comparecientes, responsables, a las víctimas y a la comunidad. Lo que vamos a hacer en este momento es empezar a tener diálogos participativos con la Mesa de Víctimas y con todas las organizaciones como el Conpaz, para construir los mecanismos y las actividades a desarrollar en el marco de este convenio”.
Este logro se materializa después de un año de trabajo articulado con la JEP y busca, principalmente, reconocer las diversas afectaciones que han sufrido las zonas periféricas de la ciudad y el rol protagónico de sus habitantes para identificar medidas que permitan la restauración del daño y la reconstrucción del tejido social.
La comuna 3-Manrique ha sido un territorio líder en procesos restaurativos. Con la firma de este pacto se convierte en un escenario de vínculo y compromiso que, además, refleja la intención de replicar el mensaje de reconciliación y evidenciar el compromiso de la institucionalidad por construir una Medellín Futuro en la que nadie tenga que sufrir de nuevo las secuelas de la guerra.