De acuerdo con Envol Vert, una ONG francesa que tiene como meta proteger a los bosques y la biodiversidad, un colombiano deforesta indirectamente 1.278 m2, o sea, 2,5 canchas de fútbol 5 por los productos que consume. Esa es su huella forestal.
Colombia es el segundo país con más biodiversidad en el mundo, 52 % de su territorio está cubierto por bosques naturales. Sin embargo, en el periodo 1990 a 2015 perdió casi 6 millones de hectáreas de cobertura arbórea, equivalente a 16 canchas de fútbol por minuto.
En 2018, según el World Resources Institute (WRI), se posicionó como el cuarto país de América Latina con mayor deforestación. Se considera que 10 por ciento de la Amazonía colombiana ya ha sido deforestada.
Los ritmos de deforestación son alarmantes, pero lo más grave es que existe un desconocimiento global de sus impactos y un importante sesgo de las percepciones sobre los vectores de deforestación por parte de los consumidores.
De ahí nació la idea de establecer La Huella Forestal de los colombianos, una herramienta que busca medir el impacto de los productos de consumo masivo básicos sobre en la deforestación y degradación de los bosques naturales.
En su informe, Envol Vert evidencia que el 87 % de la huella forestal del consumidor colombiano tiene que ver con productos alimenticios. El papel y los muebles representan apenas el 2 % de la fuella forestal, mientras que el 59 % se debe al consumo de carne de res y el 16 % a productos lácteos.
Las otras materias primas tienen una relevancia menor, la madera para construcción representa alrededor del 5 % de la huella forestal, así como el cuero (zapatos y marroquinería) y la soya (dado las importaciones que realiza Colombia desde Bolivia para alimentar pollos y cerdos).
También son importados en parte el maíz y la palma (importada de Ecuador) pero cada uno representa apenas más de 2 % de la huella forestal, así como el plátano.
Materias primas como el banano, el aguacate, el cacao fueron calculados, a pesar de su débil impacto en la deforestación, dado que son consideradas materias primas en evaluación y, por ende, con potenciales riesgos futuros.
Cualquier colombiano pueden entrar a la aplicación y calcular su huella forestal. Para La Agencia Francesa de desarrollo (AFD) para Colombia, financiador de esta iniciativa, «esta colaboración con Envol Vert refleja el rol importante que tenemos en la Estrategia nacional de lucha contra la deforestación importada de Francia, cuyo objetivo es lograr que cada actor (empresas, consumidores, países productores, inversionistas) modifique su comportamiento para disminuir su impacto sobre el bosque.
A través del financiamiento de la adaptación de esta herramienta en Colombia, buscamos contribuir al esfuerzo de sensibilización de los consumidores colombianos sobre el impacto de sus modos de vida en la deforestación de su propio país”.
De acuerdo con el informe, la huella forestal es un indicador simbólico, que no es anual y que contabiliza la presión ejercida por los seres humanos hacia los bosques, a través de los sistemas de producción de los productos.
Es decir, mide las áreas de tierras necesarias para producir los recursos (materias primas) con riesgo de deforestación que consume un individuo, una población o una actividad, teniendo en cuenta la gestión de los recursos vigentes en todo el mundo o específicos para un país.
No parte de las hectáreas de deforestación, y no es comparable con cifras del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), porque también incluye las importaciones o sea la deforestación que un colombiano puede generar en otros países.
El informe resalta recomendaciones importantes frente a consumidores, gobierno y empresa para disminuir su huella forestal, como reducir el consumo de productos a base de bovinos bien sea carne o productos lácteos reemplazando por proteínas vegetales y reciclar.
Para el Gobierno recomienda poner en marcha una herramienta fuerte y unificada de trazabilidad bovina, indispensable para la lucha contra la deforestación, así como generar un sello para que los consumidores puedan distinguir los productos.
Además, apoyar los pequeños campesinos en proyectos, asistencia técnica, insumos que van hacia menos quemas y más agroforestería.
Y para las empresas el informe recomienda tener políticas reales de cero deforestaciones con lineamientos, reglas que buscan la trazabilidad hasta el más mínimo eslabón de la cadena, empezando por la ganadería, así como desarrollar un aprovechamiento directo y local de sus materias primas, para un mejor control de lo que compran, reduciendo el número de intermediarios y generando mejor precio de compra al productor.
Fuente: eltiempo.com