Debido a el elevado costo que deben pagar los surtidores y expendedores de carne en Santander para adquirir el ganado, los comerciantes están a punto de la quiebra, además de un posible desabastecimiento del producto.
Anderson Rico, directivo de Asurcarnes (Asociación de Surtidores de Carnes de Santander) sostuvo que la liberación de las importaciones del producto ha generado que el ganado en pie los estén llevando al Medio Oriente, afectando directamente los hatos en la región.
“Los ganados que salen de exportación nos están desabasteciendo, las multinacionales exportadoras no pagan impuestos de fomento ganadero y los ganados que salen son de pesos muy pequeños”, explicó.
Por esta razón, indicó el vocero, se ha incrementado en los últimos meses el precio de la carne, en un 20%, al punto que una libra del producto se adquiere a 9.000 o 10.000 pesos “y como están las cosas podría llegar a $12.000 en la Semana Santa”.
En el área metropolitana hay 1.300 familias afectadas, quienes forman parte de la cadena productiva, muchas de las cuales están pensando en realizar otra actividad que no les genere pérdidas.
El panorama, según dijo, es más preocupante en el departamento de Santander en donde 5.000 familias (unas 25.000 personas) tienen en riesgo su economía por cuenta de esta crisis de la carne.
Por eso, según Pedro Julio Corredor, ganadero de la región, se le está pidiendo al Gobierno Nacional que revise la política de exportaciones, toda vez que el mejor ganado se lo están llevando del país y, al final, los productores nacionales deberán importarlo, convirtiéndose en una situación contradictoria, porque Santander cuenta con los mejores hatos ganaderos.