El ruido en Medellín cada vez es más estridente. Desde los carretilleros que venden sus productos en la calle, pasando por los locales que ponen música a todo volumen o el vecino que se cree el amo y señor de la banda sonora de las barriadas, la ciudad se convirtió en un territorio donde la contaminación por ruido se pasea campante.
Este molesto y enfermo fenómeno está estudiado en el informe actualización mapa de ruido ambiental Distrito de Medellín, elaborado por la Universidad de San Buenaventura para el Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
De acuerdo a los análisis realizados por los expertos, el ruido ambiental en las zonas residenciales de la ciudad es alto, lo que configura una alta incidencia de incumplimiento de los límites permisibles en los periodos evaluados.
“Esto sugiere una significativa contaminación acústica en las zonas residenciales, lo que podría afectar negativamente la calidad de vida y el bienestar de los residentes”, dice el documento.
Carlos Alberto Gutiérrez Bustamante, concejal de Medellín, quien lidera una comisión accidental contra el ruido, explica que esta es una de las problemáticas que están en el ‘top 5’ para los habitantes de la ciudad y la insatisfacción cada día está creciendo.
Su versión es acorde con lo revelado en la Encuesta de Percepción Ciudadana 2023, realizada por Medellín Cómo Vamos, donde el 54 por ciento de los encuestados dijo estar insatisfecho con el nivel de ruido de la ciudad y el 17 por ciento aseguró estar satisfecho.
Estos datos indican que el número de insatisfechos subió con relación al año inmediatamente anterior cuando la respuesta de insatisfacción fue dada por el 48 por ciento de los encuestados.
“En una cifra que dimos en el debate de control, es que entre el primero de enero y el 30 de septiembre de este año se han recibido 111.876 llamadas reportando perturbación a la tranquilidad por alto volumen, entonces la problemática es grande y se requiere aumentar capacidad en materia de control y estrategias de cultura”, dijo el corporado.
Para contrarrestar esta problemática, Gabriel Jaime Maya Vasco, docente investigador del programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Medellín, plantea la necesidad de trabajar con fuerza en cultura ciudadana, pero también en ser rigurosos en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) donde se establecen los usos del suelo.
“Hay zonas, como las zonas residenciales, que vienen afectadas por un debilitamiento en el tema del POT. Las zonas residenciales están desapareciendo en Medellín porque cada vez le dejamos instalar más comercio, industrias, comercios informales y esto puede estar afectando a los ciudadanos. Tenemos que ser un poco más rigurosos y de pronto en este tema de POT, tenemos que proteger mucho el sector residencial, el sector donde hay escuelas de niños, los hospitales, los hogares de adultos mayores. Son zonas de especial cuidado que debemos tener en nuestra ciudad”, dijo el docente investigador.
Ante el panorama, Ana Ligia Mora, secretaria de Medio Ambiente de Medellín, señaló que para el Plan de Ordenamiento Territorial que se discutirá, se incorporará lo que han llamado la zonificación acústica y definición de objetivos de calidad acústica (OCA).
“No vamos a parar la ciudad, la ciudad siempre va a estar en crecimiento, va a manejar unas dinámicas cada vez más retadoras, pero cómo nosotros nos vamos acoplando y cómo ordenamos el territorio de manera que podamos coexistir de manera equilibrada”, dijo la funcionaria, será el reto.
A ello se le suma la puesta en marcha del ‘Escuadrón anti-ruido’ que quedó plasmado en el Plan de Desarrollo 2024-2027.
Se trata de una unidad pedagógica y de medición de ruido que tiene como objetivo atender oportunamente quejas, peticiones y reclamos de la comunidad producto de esos comportamientos contrarios a la convivencia que afectan la tranquilidad y el descanso de la ciudadanía.