Tras combates con disidencias comunidad sacó al Ejército de Timba (Cauca)

«¡Pa’ afuera!», «¡se van!», se escucha gritar a un grupo de personas que, al parecer, protagonizó una revuelta contra miembros del Ejército Nacional en el casco urbano del corregimiento de Timba, Cauca, tras enfrentamientos con disidencias de las Farc.

En las imágenes difundidas por residentes de la zona, se observa a alrededor de 40 personas que agitan sábanas blancas y avanzan hacia un grupo de uniformados que retrocede, haciendo gestos para apaciguar la situación. Los civiles les lanzan insultos y les ordenan abandonar el área.

Los militares, según las imágenes, responden a las quejas retirándose lentamente. Sin embargo, aún se está evaluando la situación en el corregimiento para determinar la presencia de las autoridades y las circunstancias que desencadenaron la revuelta contra los uniformados.

Estos eventos ocurrieron después de que el Ejército y la Policía llevaran a cabo una operación en la zona para establecer el control territorial, dado el difícil acceso para las fuerzas de seguridad en ese territorio y los informes previos de ataques por parte de la columna Jaime Martínez, de las disidencias de las Farc. Además, se recibieron denuncias sobre robos de camionetas a empresas privadas en la zona.

La Fuerza Pública estableció un punto de control en el casco urbano del municipio para verificar la información de los transeúntes. Supuestamente, al notar la presencia de los uniformados, la columna guerrillera inició un ataque.

De acuerdo con información obtenida por Infobae Colombia, durante la operación ingresó una camioneta con guerrilleros vestidos con prendas militares y boinas, quienes dispararon fusiles contra las fuerzas de seguridad. Estas respondieron para defenderse y retirarse de la zona, ya que no estaban llevando a cabo un operativo ofensivo, sino de estabilidad.

Después del enfrentamiento, los guerrilleros habrían abandonado la zona, dejando la camioneta sola. Las autoridades regresaron para inspeccionar la camioneta Ford Línea Ranger con placa GTT-683, donde encontraron una pistola Prieto Beretta 9 mm, un cargador metálico, 19 cartuchos 9 mm y una granada de mano IM26.

Tras la inspección, se habría producido un nuevo ataque. Esta vez, los uniformados habrían sido blanco de disparos desde el casco urbano, perpetrados por aproximadamente 18 miembros de la estructura Jaime Martínez. Las autoridades repelieron el ataque para proteger la vida de sus efectivos.

Fue después de estos eventos que se habría desencadenado la revuelta de los habitantes contra los uniformados, obligándolos a retirarse hacia el corregimiento de la Balsa y reubicarse en las partes altas del casco urbano para evitar la presencia de civiles.