La activista iraní Narges Mohammadi ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2023. Mohammadi es ampliamente reconocida como una de las defensoras más destacadas de los derechos humanos en Irán, un país bajo el dominio de los ayatolás.
La entrega del premio se llevará a cabo en la prisión de Evin, donde Mohammadi cumple una condena de 10 años por el cargo de «difusión de propaganda contra el Estado».
Con esta elección, la Academia Nobel envía un mensaje claro de apoyo a todos aquellos que luchan en favor de «la mujer, la vida y la libertad».
El Comité Noruego del Nobel, al otorgarle el Premio Nobel de la Paz de este año, busca rendir homenaje a su valiente y constante lucha por los derechos humanos, la libertad y la democracia en Irán. Este premio también reconoce a las cientos de miles de personas que el año pasado se manifestaron en contra de las políticas discriminatorias y opresivas del régimen teocrático hacia las mujeres. Así lo declaró Berit Reiss-Andersen, la presidenta del Comité Noruego del Nobel.
Con 51 años de edad, Mohammadi ha pasado décadas alternando entre la libertad y la prisión debido a su incansable compromiso en la lucha contra algunos de los fundamentos de la República Islámica de Irán, como la pena de muerte, el aborto y el uso obligatorio del velo.
Incluso tras las rejas, ha continuado su activismo, escribiendo artículos, promoviendo la desobediencia civil y respaldando las protestas desencadenadas por la trágica muerte de Mahsa Amini en 2022.
En una declaración al New York Times, Mohammadi expresó: «El apoyo y reconocimiento a nivel mundial de mi lucha por los derechos humanos me fortalecen y me llenan de responsabilidad, pasión y esperanza».
También agregó: «Espero que este reconocimiento fortalezca a los iraníes que luchan por el cambio y los organice aún más. La victoria está cerca».
El Premio Nobel de la Paz es el quinto de los galardones anunciados hasta el momento, después de los premios de Medicina, Física, Química y Literatura. Este premio sigue al otorgado en 2022 al bielorruso Ales Bialiatski y a las organizaciones rusas Memorial y ucraniana Center for Civil Liberties.