Es probable que en los últimos años haya oído el término «metaverso» en los círculos tecnológicos, las noticias o las redes sociales. Es un concepto intrigante: un universo virtual en el que las personas pueden interactuar, trabajar y jugar en entornos digitales inmersivos. Daniel Acosta, Gerente General de Binance para Colombia, propone una sencilla estrategia de cinco pasos para ver dónde reside el valor del metaverso y por qué es importante para todos nosotros.
En el 2022, un Estudio de Expedia presentó datos sobre el consumidor colombiano en el metaverso que mostró que el 80% de los colombianos conocen o han oído hablar del metaverso, y que el 70% lo ve con ojos negativos. Este auge ha dado vida a un ejército de escépticos, las parcelas digitales del metaverso se venden por millones de dólares y los famosos se han montado en esta moda, por lo que puede resultar difícil determinar su valor real.
Para muchos escépticos, las principales razones para dudar del metaverso y considerarlo una moda pasajera son: falta de comprensión de qué es el metaverso; verlo como una moda en el sector tecnológico que las empresas utilizan como herramienta de marketing para generar interés e inversión; los retos de aplicación, ya que crear un metaverso plenamente realizado es una tarea compleja; y el temor a que sea una burbuja, viendo las grandes sumas que se pagan por objetos y terrenos NFT.
Para Daniel Acosta, Gerente General de Binance para Colombia, hay cinco puntos que deberían ser decisivos para disipar las dudas sobre el metaverso.
● Empezar por la definición: El metaverso es un reino digital donde las personas pueden interactuar y relacionarse con entornos virtuales y entre sí en tiempo real. Es como un mundo masivo en línea donde se puede socializar, trabajar, jugar, interactuar con contenidos y conectar con personas de todo el mundo. Aunque el metaverso dista mucho de estar plenamente desarrollado, algunas de sus partes son operativas y aportan un valor real.
● Aunque el metaverso se ha convertido en una especie de palabra de moda, existen grandes empresas tecnológicas de confianza que exploran y desarrollan su potencial.
● El metaverso se beneficia continuamente de los avances en las tecnologías de realidad virtual (RV) y realidad aumentada (RA). Éstas están ayudando a crear las experiencias verdaderamente inmersivas e interactivas que constituyen el núcleo del futuro mundo virtual. Aunque algunas ofertas puedan parecer básicas ahora, no deberíamos tener que esperar demasiado para ver grandes mejoras.
● La tecnología Blockchain también desempeña un papel importante en el metaverso al proporcionar una forma segura, transparente y descentralizada de verificar y registrar las transacciones en línea, la propiedad de los activos virtuales y las identidades digitales. Sin embargo, es importante señalar que es sólo una parte de la máquina del metaverso.
● Pero, ¿qué hay de los precios desorbitados de los terrenos y objetos digitales del metaverso? Al igual que ocurre con el mercado de las NFT, estos valores son muy subjetivos y dependen de varios factores y tendencias. Con el tiempo, las fuerzas del mercado ayudarán a descubrir precios más sostenibles para estos activos. Mientras tanto, es importante recordar que el metaverso es mucho más que estas economías digitales.
“El metaverso tiene mucho más que ofrecer de lo que la mayoría de la gente cree, con este se abre todo un nuevo mundo de posibilidades. El bombo publicitario ocurre como con cualquier nueva tecnología, el metaverso permite traspasar fronteras geográficas creando una conectividad mundial sin precedentes. No se trata solo de socializar o jugar, sino que también revoluciona el trabajo a distancia, la educación y el intercambio cultural, creando un mundo más inclusivo e inmersivo. Al implementar blockchain, podemos verificar de manera segura y descentralizada la propiedad, las transacciones y las identidades digitales. Esto nos brinda transparencia, seguridad y un nuevo poder para que los usuarios creen sus propias economías. En última instancia, esto contribuye a aumentar la libertad financiera.” concluyó Daniel Acosta.