Comprar vivienda es una de las transacciones más decisivas e importantes en la vida de las personas, sin embargo, el déficit habitacional del país, según el DANE, afecta a más de 18 millones de personas que no tienen acceso a una vivienda, o esta no cuenta con las condiciones necesarias para una buena calidad de vida.
Invertir en vivienda trae consigo múltiples beneficios, pero uno de los principales sin duda alguna, es construir un patrimonio de manera segura y rentable por cuatro razones principales: es un activo tangible, tiene alta rentabilidad, no cuenta con ningún producto sustituto y tanto su valorización como su demanda está asegurada en el tiempo.
Las mayores restricciones de las familias para comprar vivienda están asociadas a: la desconfianza que genera comprar o vender una vivienda, los altos precios del mercado vs el presupuesto limitado de las familias y el difícil acceso a la financiación.
Después de la pandemia el valor percibido de la vivienda aumentó, pues se convirtió en un lugar en el que no solo se vive, sino también dónde se estudia, trabaja y se divierte, entre otros. Cada vez más familias buscan convertirse en propietarias con el fin de construir su propio patrimonio, bien sea a través de vivienda nueva o usada, para lo cual es fundamental evaluar aspectos como: la necesidad, el precio, metraje, ubicación, características y forma de pago.
¿Por qué decirle sí a tener casa propia?
Home Capital, El Outlet de Vivienda, lo argumenta con las siguientes tres bondades:
- Estabilidad: el acceso a una vivienda de calidad le permite a las familias colombianas alcanzar una solidez tanto económica, como también materializar sueños a nivel personal.
- Crecimiento económico: comprar vivienda siempre será una inversión, y es un activo que se valoriza con el tiempo.
- Seguridad financiera: contar con una propiedad es un respaldo en momentos de incertidumbre. La inversión de vivienda es una de las más seguras que permite no solo una estabilidad económica, sino también, emocional.
A la hora de comprar es fundamental tener en cuenta las necesidades de cada familia, qué están buscando y cuál es el motivo de la compra: inversión o vivienda propia. Para ello es necesario validar aspectos como: la zona, el presupuesto, la seguridad, la adecuación del inmueble que cumpla con las comodidades que demanda la familia, el conjunto residencial y ubicación. Este último es un factor muy importante, ya que el buen desarrollo de una zona potencia la valorización del inmueble.
Siempre es importante revisar los costos ocultos o costos indirectos que pueden haber en la inversión; lo que implica pagos de levantamiento de hipotecas en caso de que existan, escrituras, registros, etc; esto les permite a las familias tener claro qué pagos adicionales existen en la transacción y definir mejor su presupuesto.