Cultivadores de coca retienen a 200 militares en el Catatumbo

Cerca de 200 soldados y policías que adelantaban labores de erradicación de cultivos ilícitos en el Catatumbo se encuentran retenidos por los cultivadores de coca que con palos y machetes los obligaron a confinarse en una mase militar situado en el sector de Caño Indio, en zona rural de Tibú (Norte de Santander).

Según un comunicado del Ejército, las tropas se encuentran retenidas en la base para evitar cualquier tipo de confrontación con la población y salvaguardar los derechos humanos. Así mismo, indica que no es la primera vez que se obstruyen y detienen las acciones de las autoridades en ese sector donde constantemente algunas personas buscan evitar el actuar legal de las instituciones. A los uniformados, la comunidad les cortó los servicios de energía eléctrica y agua potable.

«Se insta a la comunidad a no obstruir las operaciones militares ni agredir a los uniformados, ya que esto puede ser constitutivo de tipos penales, tales como los delitos de asonada, artículo; perturbación de actos oficiales; secuestro; violencia contra servidor público; sabotaje; daño en obras o elementos de los servicios de comunicaciones, energía y combustibles», dice el Ejército en su comunicado.

En los hechos participan campesinos de las veredas Chiquinquirá, El Progreso, El Mirador, Nuevo Sol, Orú ,Kilómetro 42, Kilómetro 43,Los Ángeles, La Arenosa y Vetas; quienes a través de un comunicado exigen a los gobiernos Nacional y Departamental no estigmatizar, señalar ni perseguir judicialmente a los líderes que están convocando y participando esta ‘manifestación campesina’.

Tibú forma parte de la llamada región del Catatumbo, región en la que se calcula hay unas 42.000 hectáreas sembradas de coca, según la ONU.

En octubre, unos 180 soldados que erradicaban narcocultivos allí fueron retenidos por campesinos en una escuela rural de esa población y luego liberados con la intermediación del organismo estatal de derechos humanos.

Rebeldes de la guerrilla del Eln, disidentes de la exguerrilla de las Farc y paramilitares del ‘Clan del Golfo’ se disputan en la zona las rentas del narcotráfico.