En estas fechas donde las luces parpadean y las melodías navideñas llenan el aire, algunos de ustedes o sus seres queridos enfrentan una batalla en los pasillos de los hospitales o tras las puertas de sus hogares.
Los árboles adornados y las risas familiares pueden parecer lejanos, pero estoy segura que la esperanza se mantiene viva dentro de cada uno de ustedes.
Quizás este año no estén en el hogar que tanto aman, pero quiero recordarles que cada habitación de hospital, cada pasillo, lleva consigo historias de coraje, resiliencia y amor. Detrás de cada puerta, se encuentran corazones que anhelan la curación, la vida y la alegría.
En estas horas donde el miedo y la incertidumbre podrían intentar robarles la sonrisa, les invito a recordar la inmensa fortaleza que yace en su interior. Cada latido de su corazón, cada suspiro, es un testimonio de su valentía inquebrantable, de un dia ganado, de un dia vivido.
En esta temporada de compartir y amar, los pensamientos cálidos y las oraciones se tejen para envolverles en un abrazo colectivo de apoyo y energía positiva.
La Navidad no se trata solo de luces brillantes o regalos envueltos; se trata de la luz que brilla desde dentro, de la compasión que se extiende y del espíritu de lucha que nos hace perseverar.
Les pido que encuentren consuelo en las pequeñas cosas: una sonrisa amable, una palabra de aliento, el amor de sus seres queridos y el apoyo inquebrantable de aquellos que cuidan de ustedes.
Deseo que la luz de la esperanza brille en cada momento, recordándoles que no están solos en este viaje.
Les deseo la fortaleza para enfrentar cada desafío y la fe para creer en la promesa de días más brillantes por venir.
Desde lo más profundo de mi corazón, les envío mi amor, mi apoyo y mis más sinceros deseos para una pronta recuperación.
Con esperanza viva
Nury Esperanza Villalba Suárez