Una mujer y dos agentes murieron este miércoles tras el ataque a una patrulla de la Policía que patrullaba en las inmediaciones de Tibú, en el Catatumbo, zona en la que existe una fuerte presencia guerrillera del Eln y una de las disidencias de las Farc. La camioneta circulaba por una carretera cuando una carga explosiva detonó a su paso.
El atentado se produce en medio de las negociaciones de paz que mantiene Gustavo Petro con el Eln, que se están desarrollando en estos momentos en La Habana. El Gobierno también tiene la intención de instalar una mesa de diálogo con las disidencias de las Farc de Iván Mordisco, justo las que operan en la región del Norte de Santander, donde se ha producido el ataque. Hace unos días, Petro canceló el alto el fuego que mantenía con el Estado Mayor Central, como se conoce a esa disidencia, por el asesinato de cuatro jóvenes indígenas en el departamento del Putumayo.
El presidente ha intentado desde que comenzó su mandato acordar ceses al fuego con los distintos grupos, pero no ha funcionado. El Eln se resiste a aprobar uno desde hace seis meses, lo que desespera a Petro, y los que sí lo han firmado, como el Clan del Golfo, no lo han cumplido. El camino hacia la paz está siendo muy accidentado, lo que aprovechan sus rivales políticos para cuestionar su política de seguridad.
El general William René Salamanca, director de la Policía Nacional, dijo que «terroristas le arrebataron vilmente la vida al subintendente Ángelo Martínez y al patrullero Andrés Idárraga, mientras trabajaban por la seguridad de los habitantes de Tibú, y a una mujer que transitaba por el lugar. Este es un acto criminal que no quedará en la impunidad”.
El presidente, Gustavo Petro, escribió en su cuenta de Twitter que «rechazo la acción terrorista en Tibú, Norte de Santander, en contra de la vida de nuestros policías. Un abrazo de solidaridad para las familias de las víctimas de este atroz hecho. Este acto criminal no quedará en la impunidad”.