En un evento virtual dirigido a representantes del sector salud, el centro de pensamiento Así Vamos en Salud presentó las conclusiones del primer Índice de Salud Rural, una radiografía de las condiciones sanitarias en los municipios rurales. Para realizar este estudio se hizo la recopilación y el análisis de cerca de 20 mil datos, siguiendo la metodología usada para otras mediciones como el Índice Nacional en Salud y el Índice Departamental en Salud.
“El propósito del Índice de Salud Rural es ofrecerle al país una herramienta que permita hacerle seguimiento a los indicadores de salud, y así poder focalizar acciones en los territorios. De igual forma buscamos que contribuya con el fortalecimiento de la política pública vigente para el cierre de las brechas de acceso generadas por barreras geográficas, culturales, actitudinales y financieras”, afirma el doctor Augusto Galán Sarmiento, director de Así Vamos en Salud.
La conclusión principal del primer Índice de Salud Rural es la ausencia de datos para la toma de decisiones. De hecho, la metodología inicial contemplaba como muestra a los 691 municipios catalogados para la transformación del campo. Sin embargo, de este grupo se escogieron únicamente los municipios que contaban con la mayoría de los datos necesarios, quedando 386 territorios para el análisis (62,4% de procedencia rural y 37,5% del rural disperso).
Vale la pena destacar que de 691, solo 11 municipios cuentan con información de todas las variables de salud: San José del Guaviare (Guaviare), Villa Garzón (Putumayo), San Alberto (Cesar), San Vicente del Caguán (Caquetá), Necoclí (Antioquia), Tuta (Boyacá), Tibaná (Boyacá), Jericó (Boyacá), Chíquiza (Boyacá) y Berbeo (Boyacá).
Al respecto, el doctor Galán menciona: “como no encontramos datos oficiales fue necesario recurrir al trabajo de campo. Los municipios desconocen información tan relevante como la efectividad del acceso a los servicios de salud, la oportunidad con la que se prestan y la percepción de la ciudadanía sobre los mismos”.
Adicional a la necesidad de establecer incentivos para mejorar el reporte de datos oficiales, el Índice de Salud Rural permite identificar aspectos que el país debe tener en cuenta en el diseño de una política pública que garantice la salud en el territorio rural:
- El déficit de servicios públicos afecta la salud en los territorios.
En el estudio se evidenció que los territorios con mayor déficit en agua potable y un pobre manejo de desechos son los que presentan tasas altas de mortalidad por enfermedad diarreica aguda, que es una de las principales causas de muerte infantil.
“Como sociedad debemos entender que la salud va más allá de la atención médica, y cubre aspectos relativos a la calidad de vida, lo que requiere una corresponsabilidad intersectorial pues el sector salud no debe cargar con la responsabilidad de los determinantes sociales, como agua potable y alcantarillado” agrega el Director de Así Vamos en Salud.
Por otro lado, debe aumentar la penetración de internet en las zonas rurales para poder implementar proyectos de interoperabilidad, telesalud y telemedicina, que permiten brindar un mayor margen de atención en salud.
- Ausencia de talento humano en zonas rurales
Al analizar los 386 municipios incluidos en el Índice, se observa que 124 municipios no tienen inscrito en el Registro Único Nacional del Talento Humano en Salud a ningún profesional de medicina. Lo anterior significa que el personal de salud se concentra en las grandes urbes, hecho que responde a que no es usual que los profesionales regresen a sus territorios de origen luego de obtener su grado.
La distribución inequitativa del talento humano en el territorio nacional responde a varios factores como los incentivos laborales, pero también y en gran medida, las oportunidades de desarrollo profesional y familiar que en muchas regiones son limitadas, además de la ausencia de condiciones laborales dignas para ejercer su profesión.
“En este aspecto también será fundamental la telesalud y la telemedicina para asegurar la presencia de los profesionales de la salud en áreas apartadas”, concluye el doctor Galán.
- Los indicadores de salud son más débiles en zonas de mayor conflicto armado
De acuerdo con la información analizada, la mayoría de los casos de mortalidad materna –que aumentó entre el 2020 y 2021 por la contingencia de la pandemia–, se presenta en las zonas de mayor conflicto armado. Asimismo, el 55,4% de las muertes infantiles en municipios rurales ocurren en zonas de conflicto armado.
Por otro lado, la salud mental se configura un problema creciente, silencioso y poco registrado, especialmente en zonas de alto conflicto armado que requieren de una vigilancia constante, por tratarse de un componente social tan relevante.
- Detección temprana del cáncer debe aumentar
En el Índice de Salud Rural se observa que el 37,6% de los municipios reportaron casos de mortalidad por cáncer de cuello uterino. En Colombia es el cáncer con mayor tiempo de espera para realizar el diagnóstico, con cerca de 80 días, mientras que en las áreas rurales este tiempo de espera se puede duplicar.
Por esta razón, se requiere el fortalecimiento de acciones de promoción como la citología, un examen paraclínico considerado como el mejor tamizaje para la detección de cáncer de cérvix. Aunque las coberturas de tamizaje han aumentado en Colombia, es una de las tareas que se debe realizar con persistencia desde el sistema de salud para superar las barreras que constituyen el miedo y algunos mitos frente el examen, además de las barreras ya conocidas para tener acceso al servicio, que impiden de manera tácita que dichas coberturas tengan éxito.