En una sala de desarrollo del centro infantil San Benito de Buen Comienzo, ubicado en la comuna 10, nació el proyecto “Jugando con la ciencia”, una iniciativa que, a la fecha, ha llegado a más de 11.000 menores de cinco años de edad con conocimientos básicos en ciencia por medio del juego, en un laboratorio ambulante en donde ocurren descubrimientos de transformación de los estados líquido a gaseoso o de sólido a líquido; la separación de moléculas; reacción del agua al contacto con la energía; entre otros.
“Jugando con la ciencia” se ha convertido en una experiencia llamativa para los niños, ya que despierta su curiosidad por eventos científicos y genera, desde muy pequeños, el deseo de saber por qué ocurren las cosas, su origen y su transformación.
“Hace pocos días me encontré con un niño de uno de los centros infantiles Buen Comienzo y ese niño me enseñaba cómo desde un tubo de ensayo lleno de agua con soda y con unos lápices podía verse la reacción del agua y la generación de energía. Este ejercicio hace parte de una de las estrategias pedagógicas más bonitas que hoy se viene implementando en la ciudad, con un número significativo de niños y niñas. Resaltamos esta labor e invitamos a todos los actores institucionales para que todos los niños y las niñas menores de cinco años se familiaricen con los temas relacionados con la ciencia, la tecnología y la innovación”, afirmó el director de la Unidad Administrativa Especial Buen Comienzo, Hugo Díaz.
El proyecto se inspiró en el caso particular de un niño con capacidades diversas y déficit de atención. El agente educativo a cargo descubrió cómo el uso de elementos como el microscopio estimulaba la concentración del participante y la interacción con sus compañeros.
“Lo más lindo es que trabajamos el asombro. Los niños y las niñas tienen algo innato que es el asombro, entonces a través del proyecto estamos llevando a otras esferas todo eso que ellos viven desde la niñez y los potencializamos para que, más adelante, sean los próximos científicos. Sabemos que estamos permeados por la ciencia, la tecnología, y ellos van a vivir toda la experiencia relacionada con la Cuarta Revolución Industrial”, expresó Andrés Carmona, agente educativo y líder del proyecto “Jugando con la ciencia”.
En el laboratorio, los niños y las niñas, bajo la supervisión del agente educativo, interactúan con bicarbonato, lápices o cartón; separan las moléculas del agua; mezclan dióxido de carbono en agua para la sublimación (convertir hielo seco en gas); dividen moléculas de grasa de leche con jabón líquido, anilina vegetal y copitos; y extraen la clorofila de las plantas con alcohol, entre otros experimentos orientados.
“El proyecto ayuda a los niños a volar con la imaginación y tener conocimientos que a futuro les facilitarán adquirir carácter, criterio y conocimiento que nadie se los va a quitar. Me parece súper importante que ellos exploren la ciencia, que conozcan y aprendan, y puedan enseñar a otros niños con los que ellos hablan y se relacionan”, dijo Suleydi Dannire Virahonda, mamá de un participante.
Aunque se trata de un proyecto ejecutado en las sedes de atención de Buen Comienzo, gracias a su llamativa puesta en escena y a su innovadora propuesta, “Jugando con la ciencia” ha sido llevado a diversos eventos de ciudad en donde capta la atención de niños, adultos y público en general.