Militares reconocen vínculos con autodefensas

Ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) un grupo de militares reconocieron este lunes, en Valledupar, los vínculos que tenían con los paramilitares para realizar ejecuciones extrajudiciales conocidas como ‘falsos positivos’.

En la audiencia de reconocimiento, contra 12 miembros del batallón La Popa, a los militares se les adjudica el asesinato de 127 personas en el norte de Cesar y el sur de La Guajira, entre el 9 de enero de 2002 y 9 de julio de 2005. Los señalados, quienes fueron imputados por crímenes de guerra y lesa humanidad, ya presentaron su reconocimiento escrito a la JEP.

 Uno de los que habló fue el soldado profesional Yeris Andrés Gómez, quien estuvo en el grupo especial Zarpazo y reconoció su responsabilidad en los crímenes que le imputó la JEP y pasó a relatar detalles de las reuniones, órdenes y operaciones para dar de baja a civiles.

Siempre obedecí órdenes de mis superiores sin cuestionarlos (…). El mayor Ruiz Mahecha José Pastor me dio la orden de asesinar al excombatiente herido. Fue el primer hecho que cometí y la primera persona que asesiné por orden de un superior (…). Por esta persona el comandante del Batallón La Popa me pagó $ 100.000 y a todo el grupo especial les compró un arroz chino. No nos merecíamos eso porque violamos los derechos de las personas», agregó el soldado.

También explicó la relación que había entre ‘Jorge 40’, otros comandantes paramilitares y el Ejército.

«En esta alianza entre paramilitares y militares fueron asesinados civiles e indígenas inocentes. Así como excombatientes. Reconozco que hice parte de un grupo que se convirtió en organización criminal dentro del Ejército», sostuvo Gómez, quien narró que en una ocasión mataron a nueve personas y las hicieron pasar por guerrilleros del Eln.

En la audiencia también participan las comunidades indígenas Kankuama y Wiwa, quienes se vieron gravemente afectadas por estos hechos. En este acto de reconocimiento la JEP resaltó la importancia de la participación de las víctimas, pues el propósito principal de este escenario es dignificar y visibilizar su memoria.