El capo del cartel de Cali, Gilberto Rodríguez Orejuela, quien cumplía una sentencia de 30 años de prisión en los Estados Unidos, murió este miércoles.
Rodríguez, de 83 años, permanecía encarcelado desde el 3 de diciembre de 2004. Fue capturado en 1995 en una lujosa casa en la ciudad colombiana de Cali y extraditado casi una década después.
Durante la década de los 90, Rodríguez y su hermano Miguel utilizaron técnicas innovadoras para contrabandear hasta el 80% de la cocaína del mundo.
Rodríguez desató una sangrienta disputa con el famoso narcotraficante de Medellín, Pablo Escobar. Tras la muerte de Escobar, los Rodríguez se convirtieron en los criminales más buscados del país.
Gilberto Rodríguez se caracterizó por mantener una vida criminal discreta detrás del entramado de la banca y de una cadena de farmacias. Ese fue su camuflaje para hacer exportaciones masivas de cocaína. El negocio lo gestionó junto a su hermano Miguel.
Camilo Chaparro, autor del libro ‘Historia del cartel de Cali’, explicó a Infobae que Gilberto, a diferencia del impulsivo Miguel, era reposado, reflexivo -de ahí el mote del Ajedrecista-, más amante de la negociación que de la acción violenta. Su modelo de conducta era ‘El Padrino’, el protagonista del libro de Mario Puzo trasladado a la pantalla por Francis Ford Coppola, que facturó una de las mayores películas en la historia del cine.
En los años 70, según Blu Radio, Rodríguez Orejuela ya acumulaba un importante capital en fondos de Nueva York y Miami. Para 1980 se convirtió en el presidente del First Interamericas Bank, una entidad financiera dedicada al lavado de los dólares que obtenían del narcotráfico.
En 1993 él y todo el Cartel de Cali fueron reconocidos por hacer parte del Proceso 8.000, que consistió en la filtración de dineros del narcotráfico a la campaña del entonces candidato Ernesto Samper Pizano.
Dos años después fueron capturados junto a su hermano y pagaron una pena de siete años en Colombia. Sin embargo, fueron liberados por una controvertida decisión judicial. No obstante, en 2004 fue recapturado y extraditado por el envío de 150 kilos de cocaína a Estados Unidos.
A raíz de la pandemia, los abogados del capo pidieron su libertad alegando que no había sido condenado a muerte y podía morir a causa del virus en dicho lugar.