Milagro de Navidad
Perder la salud siento que es una de las situaciones en que se es más vulnerable, el mundo del cáncer es complejo, es una montaña rusa de emociones, vivencias, retos y aprendizajes, sin duda es toda una maestría en resiliencia, tanto para quien lo vive en primera persona, como para su entorno más cercano.
Desde el 2006 me convencí de que Dios todo lo pone en mi puerta, el sabe cómo, cuando, quién y donde, se encarga de hacer estas cadenas de favores o de aplicar la teoría de los 6 grados de separación, ¿qué cómo pasa? A veces hasta yo me quedo perpleja, hoy les contaré una de estas historias, cambiaré los nombres por aquello del anonimato.
José, vive desde hace varios años con leucemia mieloide crónica, lo conocí recién diagnosticado y como todos cuando entramos al mundo del cáncer, estaba con mil preguntas en su cabeza, pero no solo él, también su esposa María, tuvimos una larga charla, de esas que dan para unos cuantos cafés, luego les vi partir a casa un poco más tranquilos y con la certeza de que hay un chance contra el cangrejo.
De esto ya hace varios años, pero claro en el país del ‘Sagrado Corazón’, algunos seguros médicos no son lo más seguro y es ahí donde la vida te da un revolcón para recordarte lo vulnerable que eres, José no pudo tener a tiempo el medicamento del que depende su vida, para colmo la rama judicial salió a vacaciones, no había forma de un desacato, quejas en un lado y en el otro sin resultado alguno, fue entonces cuando María se decidió a llamarme, la escuchaba angustiada, “el seguro no respondió, José está en recaída ¿qué podemos hacer?”… Le pedí un día, para buscar la manera de resolverlo.
Y aquí señoras y señores es donde aparece eso que algunos llaman magia de Navidad, pero yo lo llamo milagro de Navidad, no había pasado medio día cuando de repente timbra mi teléfono era Gabriel, él sentía que podía ayudar a alguien y por esta razón me llamaba , solo pude sonreír y pensar en que Dios siempre sabe cómo, cuando, quién y donde.
Y es así como hoy se gestiona un milagro de Navidad, un regalo que da vida, que da paz, que da esperanza, que nos demuestra que la humanidad no ha olvidado aquello llamado solidaridad, que lo que tenemos si se comparte, no solo da felicidad también salva vidas.
Gracias Dios, por regalarme a mí también estos milagros de navidad, por ser un eslabón en la cadena de favores, por ser uno de los seis grados de separación, gracias por Gabriel y su corazón generoso para él y su familia te pido bendiciones, gracias porque brillará una vez más la estrella de la vida en un portal.
Mañana es Navidad y en un hogar en Colombia, el de José y María llegará la esperanza y a esto es lo que yo llamo un milagro de Navidad.
Nury Esperanza Villalba Suárez.
PD: No te olvides de ser tu también un eslabón en una cadena de favores, feliz Navidad a todos y muchas bendiciones…