Y la historia se repite. Tal y como ha sucedido con otras iniciativas similares se ‘cayó en el Congreso un nuevo proyecto con el que se buscaba prohibir en Colombia la aspersión de glifosato, como práctica contra la erradicación de cultivos ilícitos.
La iniciativa, que se hundió con nueve votos por el Sí y cuatro por el NO en la Comisión Quinta del Senado, planteaba que esta sustancia es peligrosa para la salud y la vida de los campesinos que habitan en zonas donde tradicionalmente se siembra coca.
El senador y ponente de esta propuesta, Guillermo García Realpe, lamentó que no hubiesen tenido las mayorías para sacar adelante la iniciativa e insistió en que se debe cambiar el modelo en materia de lucha contra las drogas.
“El narcotráfico ha sido un negocio de las élites políticas y económicas de Colombia, no de nuestros campesinos que son el eslabón más débil de toda la cadena de producción. El narcotráfico financió campañas presidenciales, ha comprado gobernaciones y alcaldías en Colombia, no los campesinos”, sostuvo el legislador.
Tras su hundimiento en la pasada legislatura con 8 votos a favor y 5 en contra de la ponencia de archivo del proyecto, el congresista Antonio Sanguino del Partido Alianza Verde, había radicado en julio pasado, junto a 45 congresistas de diferentes bancadas, el proyecto de ley para la prohibición del glifosato en la política antidrogas que implementa el Gobierno Duque.
La iniciativa buscaba priorizar la estrategia de erradicación y sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito y enfocaría los esfuerzos en los proyectos agrícolas, pecuarios, pesqueros, entre otros.
Aunque el proyecto de ley surtió varias audiencias públicas para explicar sus alcances y demostrar las implicaciones nocivas que tiene para la salud, el ambiente y las fuentes hídricas, no pasó en el Congreso.