El Gobierno del presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a incluir a Cuba en la lista de patrocinadores estatales del terrorismo. La decisión revierte una medida tomada en la era de Barack Obama y podría dificultar al presidente electo, Joe Biden, la búsqueda de fortalecer rápidamente los lazos diplomáticos con La Habana.
“Con esta medida, volveremos a responsabilizar al gobierno de Cuba y enviaremos un mensaje claro: el régimen de Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia estadounidense”, dijo en un comunicado el secretario de Estado, Mike Pompeo, a la hora de fundamentar la decisión.
Tras el anuncio, la isla del Caribe se une a un pequeño grupo solo integrado por Siria, Irán y Corea del Norte, naciones más ampliamente condenadas por fomentar el terrorismo, en la lista de Estados Unidos. Sudan fue removido recientemente tras restaurar relaciones diplomáticas con Israel.
Cuba había sido incluida originalmente en la lista en 1982, pero fue eliminada por el presidente Barack Obama en 2015, en un momento en el que buscaba mejorar las relaciones económicas y diplomáticas con la nación caribeña.
Biden ha dejado claro que quiere reforzar la política de la era de Obama de reducir las restricciones económicas y de viajes con la esperanza de que los lazos más estrechos y un mayor nivel de capitalismo allanen el camino para el cambio hacia la democracia en Cuba.
Esa estrategia del nuevo gobierno podría incluir una reducción a las restricciones a los viajes, la inversión y las remesas hacia la nación isleña, que se percibe que perjudican desproporcionadamente a estadounidenses y cubanos comunes.