Lo que todos temían se hizo realidad. Lo que comenzó hace pocos días como una depresión tropical en el Caribe, que poco a poco se fue consolidando como una tormenta y después pasó a huracán, siguió creciendo hasta llegar esta mañana a la categoría 5, justo cuando pasa a 150 km de las costas de la islas colombianas de Providencia, Santa Catalina, Serrana, Serranilla y el banco Quitasueño. Y se sigue acercando.
Aunque yo no hay comunicación con las islas, algunos habitantes alcanzaron a enviar fotos y videos que dan cuenta de la destrucción que pueden causar los vientos sostenidos de hasta 250 km/h y las ráfagas de 287 km/h que se desprenden del huracán.
Casas destechadas, árboles arrancados de raíz y escombros arrojados a las playas y a las calles, son algunos de los estragos que se ven hasta el momento. Las autoridades hablan de que hasta ahora los daños son materiales.
El huracán Iota va camino a Centroamérica y amenaza principalmente las costas de Nicaragua y de Honduras, pero como ya se vio por la destrucción causada en Colombia debido a las lluvias que generó este sistema, naciones como Costa Rica, Panamá y El Salvador se preparan para atender una grave emergencia.
En Colombia los estragos de Iota se han sentido con más fuerza en Chocó, Antioquia y Bolívar, donde las inundaciones y los deslizamientos causaron al menos tres muertes y se trabaja en la búsqueda de unas 15 personas desaparecidas.