El expresidente colombiano Juan Manuel Santos (2010-2018) reconoció este viernes que la política de premiar las bajas de guerrilleros promovida durante el Gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) incentivó las ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros del Ejército y conocidas como «falsos positivos».
Santos, que fue ministro de Defensa entre 2006 y 2009 en el gobierno de Uribe, aceptó en una declaración voluntaria ante la Comisión de la Verdad que «la presión por producir bajas y los premios por lograrlo fueron sin duda los principales incentivos para producir semejante degradación del conflicto».
Sin embargo, aseguró que hizo «todo lo humana y legalmente posible para detener los ‘falsos positivos'» y una vez supo de esa política obró para tomar medidas.
«Tengo que decir que el presidente Uribe no se opuso al cambio de esta nefasta doctrina que él mismo había estimulado», añadió el Premio Nobel de la Paz.
Las víctimas de esas ejecuciones, uno de los capítulos más macabros del conflicto, eran en su mayoría jóvenes pobres reclutados por militares bajo falsas ofertas de trabajo para ser ejecutados en otras regiones del país y presentados como guerrilleros abatidos en combate.
Con esto, los militares implicados mostraban mejores resultados a sus superiores para obtener permisos, premios y otros beneficios.
El exmandatario admitió que entendió tiempo después de llegar al Ministerio de Defensa la gravedad de esa práctica y confesó que en sus primeros meses como jefe de esa cartera escuchó «los rumores sobre la posible existencia de los ‘falsos positivos'», pero como entonces no pasaban de ser rumores sin evidencia que los sustentaba no les dio credibilidad.
«No me cabía en la cabeza que algo así podría estar ocurriendo», agregó al considerar «que la verdad es la base de la reconciliación que busca el país».