Los 2.731 locales de votación abrieron sus puertas este sábado para dar inicio a los comicios más importantes de la historia reciente de Chile, en los que se elegirá a la convención que redactará una nueva Constitución que reemplace a la actual, vigente desde la dictadura militar.
La convención, integrada por 155 ciudadanos, tendrá 17 escaños reservados para los pueblos indígenas y será paritaria, algo inédito en el mundo y que convertirá en unos meses a Chile en el primer país en tener una Carta Magna escrita a partes iguales por hombres y mujeres.
Las elecciones, que fueron aplazadas en abril por la pandemia y en las que también se escogen autoridades locales y gobernadores regionales por primera vez en la historia de Chile, se celebran en dos días para evitar aglomeraciones, en momentos en que la pandemia remite en la mayoría del país y avanza el proceso de vacunación.
Elección posplebiscito
Esta elección es el resultado del plebiscito del 25 de octubre de 2020, cuando casi el 80% de los electores aprobó cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) a través de una Convención Constitucional integrada sólo por miembros electos por voto popular.
La votación busca canalizar la rabia y frustración de una sociedad fracturada y que ve en la antigua Carta Magna la base que beneficia a una élite económica y política con un Estado débil en educación, salud y vivienda.
«Chile se juega la posibilidad de hacer la segunda transición (política), que ha demorado tres décadas, por una tendencia muy fuerte al statu quo del sistema de partidos», dice a la AFP Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago.
Este proceso con 1.373 candidatos marcará, además, la primera vez en el mundo en que una Constitución se escriba por constituyentes elegidos de forma paritaria, en igual número de hombres y mujeres, y también hará historia al reservar 17 escaños para los 10 pueblos originarios del país.
Cada elector votará por cuatro cargos: un constituyente, un alcalde, un concejal y por primera vez los chilenos elegirán gobernador regional, otra señal de que se busca una sociedad más participativa en uno de los pocos países de la OCDE que no elegía autoridades regionales.
Una oportunidad
Chile llega a esta mega elección en un contexto de optimismo por el auge en el precio del cobre, principal exportación chilena. El país cuenta con la mayor renta per cápita de América Latina y es el tercero con más multimillonarios en Latinoamérica, aunque también uno de los más desiguales.
En una sociedad donde la clase trabajadora e incluso la media-alta viven con un gran nivel de endeudamiento, hay una baja satisfacción con la calidad de vida, según una encuesta de la consultora Cadem.
La pandemia ha golpeado duro con más de 1,2 millones de contagiados y casi 30.000 fallecidos por covid-19. Sin embargo hoy se experimenta una baja progresiva de contagios, muertes y ocupación de hospitales, y más del 48,5% de la población objetivo (de 15,2 millones de habitantes) cuenta con las dos dosis de vacunas.
«Chile se juega una oportunidad para institucionalizar las demandas que surgen del estallido (social) como las que aparecen con fuerza a propósito de los costos de la crisis sanitaria», agrega Mella.
En este contexto de frustración está también en juego «la capacidad del sistema de partidos de garantizar la gobernabilidad en un contexto de cambios». Si no lo logra, está el campo servido para que se puedan consolidar alternativas abiertamente populistas, agregó.