
Los obispos de Colombia destacaron la «huella imborrable» del pontificado del papa Francisco y su «especial cariño» por el país, que visitó en septiembre de 2017 para pregonar la reconciliación tras la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC.
«Francisco fue un pastor cercano, sencillo y lleno de ternura. Su manera de hablar, de mirar, de escuchar, de hacernos sentir parte de una misma familia, dejó una huella imborrable en el corazón de millones de personas», manifestó la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en un comunicado.
Los prelados señalaron que «su magisterio será luz por muchos años» con encíclicas como «‘Evangelii Gaudium’, con su impulso a la alegría de evangelizar; ‘Laudato Si’, con su clamor por el cuidado de la Casa Común; con el Sínodo para la Amazonía y la convocatoria al Sínodo de la Sinodalidad, desde donde nos animó a ser una Iglesia que camina unida, que escucha y que no teme abrirse al Espíritu».
Igualmente catalogaron al pontífice fallecido este lunes como «el papa de la misericordia, el profeta de la esperanza» que «en tiempos oscuros, nos ayudó a levantar la mirada y creer que Dios no se cansa de amar y perdonar; que siempre hay lugar para la ternura; y que la esperanza no defrauda».
«Como Iglesia en Colombia, llevamos en el corazón su especial cariño por nuestro país. Recordamos con gratitud su visita apostólica entre el 6 y el 10 de septiembre de 2017; su cercanía con nuestro pueblo, y su firme llamado a la paz y la reconciliación», agrega el mensaje de la Conferencia Episcopal Colombiana.
Aquel viaje pastoral a Colombia, en el que visitó Bogotá, Medellín, Villavicencio y Cartagena de Indias, estuvo enfocado en la paz y la reconciliación del país que en ese momento discutía la viabilidad del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC firmado un año antes.
En Villavicencio presidió el ‘Gran encuentro de oración por la reconciliación nacional’ y recibió la imagen del Cristo Negro de Bojayá, destruido el 2 de mayo de 2002 en un bombardeo de las FARC que mató a cerca de un centenar de personas cuando una bomba cayó en la iglesia en la que los habitantes de ese pueblo del Chocó habían buscado refugio durante un combate de la guerrilla y los paramilitares.
También presidió en esa ciudad la beatificación solemne del obispo Jesús Emilio Jaramillo Monsalve y del sacerdote Pedro María Ramírez, dos víctimas de la violencia política en Colombia.
Colombia tiene tres cardenales de los cuales solo uno, el arzobispo de Bogotá, Luis José Rueda Aparicio, será elector en el cónclave para escoger al sucesor de Francisco ya que los otros dos purpurados tienen más de 80 años de edad.
Son ellos Rubén Salazar, arzobispo emérito de Bogotá, de 82 años, y Jorge Enrique Jiménez, arzobispo emérito de Cartagena, de 83.