La Corte Internacional de Justicia (CIJ) examina las obligaciones legales de los países hacia el cambio climático, un caso histórico impulsado por uno de los países más pequeños del mundo, Vanuatu, que denunció una “crisis que amenaza” su propia existencia debido a la conducta “ilegal” de un “pequeño grupo de países” contaminantes.
La CIJ inició las audiencias para escuchar a 98 países y 12 organizaciones, en el mayor caso presentado ante esta Corte, impulsado por Vanuatu, un archipiélago de Melanesia y uno de los Estados más afectados por el cambio climático, a pesar de que solo contribuye con el 0,02 % a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
“Estamos en primera línea de una crisis que no creamos, una crisis que amenaza nuestra propia existencia y la de tantas otras personas que han venido en números sin precedentes para ser escuchadas por esta Corte. La importancia de las preguntas planteadas ante este tribunal no puede ser subestimada”, señaló Ralph Regenvanu, enviado especial para el Cambio Climático de Vanuatu, que busca forzar acciones climáticas a nivel global.
Vanuatu, al este de Australia, tiene unos 320.000 habitantes repartidos por 83 islas, muchas situadas a apenas un metro por encima del nivel del mar. Debido al calentamiento, su territorio está desapareciendo bajo el agua. “Un pequeño grupo de Estados, fácilmente identificables, ha producido la gran mayoría de las emisiones de gases históricas y actuales. Pero, otros países, incluido el mío, están sufriendo las peores consecuencias”, denunció.
Insistió en que la conducta que juzga la CIJ es “la de los Estados, que han fallado durante más de un siglo, a pesar de las advertencias crecientes, en controlar las emisiones en sus territorios” y advirtió que “la posición de Vanuatu es clara: la conducta responsable de esta crisis es ilegal bajo variedad de obligaciones internacionales”.