Siete años preservando la historia audiovisual: Cinemateca de Medellín

Desde 1911, el cine se convirtió en el séptimo arte. Y lo es, porque desde esa época combina de manera hábil elementos artísticos y técnicos para crear una experiencia única e inolvidable para el espectador.

El cine es sensación y sentimientos, es la expresión y la vivencia de muchas personas que transforman sus ideas en la magia de la pantalla y porque miles de personas que asisten a las salas se identifican de alguna manera con las imágenes y sonidos que salen de la pantalla. Las historias, los géneros y la creatividad cobran más fuerza en las salas de cine, porque el público se conecta con lo que pasa allí.

Y desde tiempo atrás, el cine llegó a Medellín. Simplemente, recordemos que la primera función cinematográfica de que se tiene noticia en la ciudad fue el primero de noviembre de 1898, cuando los empresarios Wilson y Gaylord presentaron el proyectoscopio de Edison. Y otro dato que vale la pena destacar: Cine Colombia fue fundada en Medellín el 7 de junio de 1927, por iniciativa de un grupo de empresarios, con el propósito de la construcción de teatros, la exhibición, distribución, venta y alquiler de películas.

La primera película hecha en la ciudad se llamó Bajo el cielo antioqueño, realizada en 1925 por el antioqueño Gonzalo Mejía, quien se empeñó en hacer una película y para ello, fundó la Compañía Filmadora de Medellín. La cinta narra la historia de una joven de la alta sociedad antioqueña que, al ver que su padre se niega a que ella se case con su novio, decide escapar con él, enfrentándose a una serie de dificultades.

La Cinemateca llega a Medellín

Desde su apertura en 2017, la Cinemateca de Medellín ha sido un referente en la formación, exhibición y conservación de los procesos audiovisuales de la ciudad. En estos siete años se ha consolidado como una ventana que impulsa el cine local, nacional e internacional, llevando su programación a casas de cultura, bibliotecas, Unidades de Vida Articulada (UVA), centros culturales, salas de cine alternativas y parques públicos de Medellín, en un esfuerzo constante por acercar el séptimo arte a toda la ciudad.

En estos siete años la Cinemateca ha rotado por diversos lugares de la ciudad con un propósito: llevar el cine a muchos rincones, donde la comunidad ha entendido la labor itinerante en procesos de formación y exhibición. Así lo ratifica Ana María Ramírez Bedoya, gestora del componente de archivo de la Cinemateca, quien a lo largo de este tiempo ha sido testigo del esfuerzo que se ha hecho:

“La Cinemateca se ha transformado mucho. Creo que ha crecido en programación, hemos visitado muchos lugares de la ciudad, también hemos tenido muchos invitados nacionales e internacionales y algo muy importante, muy bonito: ya hay un mayor reconocimiento de la ciudadanía con respecto a la Cinemateca, porque somos una Cinemateca itinerante, tenemos programación en toda la ciudad, hasta en los corregimientos, y llevamos talleres de formación, exhibición, también hemos trabajado mucho con los archivos comunitarios, lo que ha permitido un poco que los interesados en el cine, en el audiovisual, estudiantes y gestores culturales puedan conocer nuestra programación, participar y estar en los procesos de formación. Entonces creo que la Cinemateca ha crecido y esperamos que sean muchos años más y que podamos seguir acompañando toda la cultura audiovisual de la ciudad y aportando un poco la memoria a la historia del patrimonio”.

¿Cuáles son los logros más significativos de la Cinemateca en estos siete años?

“Los logros más significativos, sobre todo en el componente de archivo, es que tenemos un diagnóstico con más de 70 archivos de la ciudad, archivos institucionales, personales, de autor, que nos ha permitido contribuir con esa memoria y patrimonio. También hemos hecho varios espacios de jornadas de la memoria, articulaciones con patrimonio fílmico, con Señal Memoria, con la Cinemateca Bogotá, y eso nos ha permitido crecer y tener una experiencia con ellos. Nosotros apenas estábamos empezando; llevamos siete años, pero todavía es como un inicio. Otro de los logros más significativos son los talleres de formación y la vinculación que hemos tenido con los estímulos a través de fomento de la Secretaría de Cultura, donde hemos permitido también que la ciudadanía vaya a hacer pasantías, residencias y demás en lo que tiene que ver con la recuperación del patrimonio audiovisual.

También tenemos el archivo del cineasta Víctor Gaviria, él hizo la entrega a la Cinemateca. Es un material con diversidad de soportes y formatos que podemos encontrar: los detrás de cámaras, los guiones, las investigaciones y demás de sus películas que han sido reconocidas tanto en Medellín como en el ámbito internacional, archivo que es muy importante para la investigación académica y para los nuevos realizadores y cineastas. Tenemos archivos familiares que nos han donado varias familias de acá, grabados en fílmico, y hay unas historias y unas memorias muy bonitas. Tenemos un archivo que es de la familia Escobar Santamaría, ellos eran cazadores en la época más o menos de los 70-80. Ahí también vemos imágenes de una de las primeras mujeres piloto en Colombia, Rosa Elena Santamaría. Tenemos una serie de imágenes, tanto de Medellín como de todo el país, que enriquece un poco esa cultura y esa memoria, y ese archivo, después de someterlo a procesos técnicos y archivísticos, la idea es que sea puesto para consulta de la ciudadanía, para creación de nuevas producciones, para la investigación, de pronto para un video arte o una exposición, donde se resalten las diferentes temáticas del archivo”. 

Un sueño que se hará realidad

Alejandro Gómez Marín, coordinador general de la Cinemateca Distrital de Medellín, nos explica que en esta administración, la sede física de la Cinemateca será una realidad.

Alejandro, ¿cuál es el sueño que tiene hoy la Cinemateca?

¿Qué soñamos con ese espacio? Soñamos un espacio que tenga dos salas de cine, que podamos albergar las diferentes muestras, festivales, funciones especiales que tenemos desde nuestro componente de exhibición; que podamos tener, además, invitados especiales a esas funciones. Soñamos también con un espacio multifuncional que nos permita albergar todas las actividades que hacemos desde el componente de formación, talleres de creación, de apreciación, que sirva como punto de encuentro para el sector de la ciudad, para el sector que se está formando, que también sirva como espacio para la formación especializada de la mano de la Comisión Fílmica y, por supuesto, pensamos y soñamos para ese espacio – el corazón de una Cinemateca siempre es su archivo –, un lugar adecuado para guardar, no solo los archivos que estamos guardando en este momento, el Escobar Santamaría y el de Víctor Gaviria, sino poder recibir otros que están en la ciudad, que no se están cuidando de la manera que se debe y que podamos tener ese espacio especializado. Además, soñamos con que ese mismo espacio, dedicado al archivo de la Cinemateca, tenga un centro de consulta, donde la gente pueda entrar, consultar, donde haya revistas, publicaciones especializadas, es decir, que nos sirva como el corazón realmente audiovisual de la ciudad, donde la formación, la exhibición y el archivo, los tres componentes fundamentales de la Cinemateca, tengan un espacio físico. Lo que soñamos es eso, un espacio para el encuentro del sector audiovisual y que tenga la posibilidad de que la gente llegue ahí y consulte constantemente la programación que tenemos desde la Cinemateca”. 

La descentralización de los servicios de la Cinemateca

El alcance de la Cinemateca es alto en todo el territorio. Un dato: entre 700 y 1000 exhibiciones por año. Así lo dice Alba Mary Salazar Jiménez, gestora de exhibición de la Cinemateca Distrital de Medellín:

“El componente de exhibición de la Cinemateca es muy importante, porque podemos tener alrededor de 700 a 1000 exhibiciones en lo que dura el programa, anual o nueve meses, depende de cómo empiecen los contratos. Este componente se encarga de gestionar los derechos de exhibición, es decir, respetar el derecho intelectual, comprarles a los distribuidores y a los realizadores sus películas y poderlas llevar de la forma correcta a los diferentes equipamientos de la ciudad. Cuando hablamos de equipamientos, hablamos de todo el Sistema de Bibliotecas Públicas, de Red Casas de la Cultura, también estamos articulados con las UVA de EPM y, además, de instituciones que se acercan a la Cinemateca, como, por ejemplo, hacemos ciclos de cine con la Universidad de Antioquia, con la Universidad Nacional, el Politécnico. Estamos ahorita con el Centro Cultural Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, allí se acercan diferentes colectivos, jóvenes que habitan los barrios y nos piden cine, nos piden ciclos de cine clásico, contemporáneo o colombiano. 

Y también muchos se acercan, porque quieren ver un cine un poco más extraño, lo que se llamaría cine de culto, y también hacemos este tipo de articulaciones. Adicional, estamos articulados con el Ministerio de Cultura, con la Dirección de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos (DACMI), y ellos traen anualmente diferentes muestras de cine colombiano; nos articulamos para llevarlos a estos escenarios. Somos como ese brazo articulador con estas instituciones gubernamentales para llevar los contenidos, y no solo los contenidos, sino que también llevamos a los realizadores y generamos un conversatorio en torno a las temáticas. 

Hay contenidos diversos que se buscan, pero lo que más se busca normalmente son contenidos donde se hable sobre lucha de mujeres, lucha del territorio, de derechos humanos, de pronto cine clásico colombiano, hablando un poco de un cine más nacional, que es ese cine que crea la identidad y que es tan importante para los países, para que, como ciudadanos, nos reconozcamos y generemos un diálogo y eso también genera acciones de cambio. 

Y siempre tratamos de hacer ciclos de cine especial, que es salirnos un poco del cine colombiano y conversar con otras cinematografías, sean latinoamericanas o de otros continentes. Este año tuvimos, con la Embajada de Argentina en Colombia, una muestra de cine cordobés de Argentina, tuvimos cinco títulos de películas y ellos nos querían mostrar, a través de esas películas, a esos realizadores que narran la ciudad de Córdoba. 

Hemos tenido Semana del Cine Chileno, Semana de Nuevo Cine Venezolano, Muestra de Cine Documental Dominicano, cine mexicano; también hemos tenido brasileño, hacemos articulaciones con la Alianza Francesa y traemos cine francés. Todo lo que sea cine, se acerque a la Cinemateca, podamos conversar y apoyar en la colocación de las obras o en la gestión, siempre estamos muy entusiasmados de hacerlo, porque nos apasiona el cine”. 

En estos siete años la Cinemateca ha realizado más de 4740 exhibiciones, permitiendo que más de un millón 500.000 asistentes disfruten del cine en todas las comunas y corregimientos de Medellín.

Este esfuerzo ha abierto puertas a colaboraciones internacionales con países como Argentina, Brasil, México, Chile, Venezuela y República Dominicana, presentando ciclos de cine tan diversos, como Cine argentino, clásicos restaurados (2018), Semana del cine brasileño (2019), Cine mexicano de los 70 y 80 (2019), Semana del cine documental chileno (2019), Ciclo de cine documental venezolano (2021), Muestra de cine dominicano (2021), Semana de nuevo cine venezolano (2023), Semana de cine chileno (2023) y Ciclo de cine cordobés (2024). A través de estos ciclos se ha fortalecido el lazo cultural entre Medellín y el mundo.