El más reciente terremoto en Japón, catalogado como el más devastador de los últimos años, ha desencadenado una serie de tsunamis con olas que oscilan entre 3 y 5 metros, impactando de manera significativa la costa oeste del país.
Este sismo, de magnitud 7,6, tuvo lugar a las 16 horas (hora local), marcando el punto culminante de una secuencia de veinte temblores y réplicas que sacudieron la región en el primer día del año. Las áreas más afectadas han sido la costa de Ishikawa y la contigua prefectura de Niigata.
Los estragos de este desastre se han traducido en el colapso de decenas de viviendas, la propagación de numerosos incendios y la evacuación obligatoria de más de 50.000 residentes de la prefectura de Ishikawa. Estas personas desplazadas pasarán la noche en refugios especialmente habilitados para tal fin.
La Administración Meteorológica Nacional de Japón advierte que el riesgo persiste, anticipando réplicas continuas durante la próxima semana. Se destaca la crítica situación de los próximos dos o tres días, con la posibilidad de experimentar temblores de magnitud superior a 7. Los sismólogos japoneses instan a los habitantes locales a mantener una vigilancia extrema.
La ciudad más afectada por el sismo ha sido Wajima, en Ishikawa, donde una decena de edificaciones se ha desplomado, resultando en al menos una víctima mortal confirmada. Se informa además de incendios y de la continua búsqueda de personas atrapadas bajo los escombros.
Un total de 36.000 viviendas se encuentran sin electricidad, y 51.000 personas han sido trasladadas a refugios. Las carreteras presentan grietas debido a deslizamientos de tierra, resultando en su cierre al tráfico, así como la cancelación de servicios de transporte ferroviario y aéreo.
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha convocado de inmediato un gabinete de crisis y ha instado a la evacuación inmediata de los residentes en las zonas costeras.
Los impactos del terremoto han trascendido las fronteras de Japón, generando alertas de tsunami en Rusia, Corea del Sur y Corea del Norte para sus costas occidentales.
Las autoridades japonesas aseguran que todas las centrales nucleares en la zona afectada han sido inspeccionadas, descartando amenazas significativas a la seguridad por el momento, a pesar de algunos daños y vertidos de petróleo. Este evento sísmico, de magnitud 7,6, y los tsunamis subsiguientes, han evocado la trágica memoria del devastador terremoto y tsunami que azotó el noreste de Japón el 11 de marzo de 2011, cobrando la vida de 18.000 personas.
El temblor principal ha generado numerosas réplicas en Japón, llegando a un total de 60 hasta las 21:00 horas locales. La JMA advierte que es altamente probable que ocurran más temblores de magnitud 7 en la próxima semana.
Adicionalmente, se informa de otro fuerte terremoto de magnitud 3 alrededor de las 23:00 horas locales, según la emisora pública NHK, que previamente había erróneamente anunciado que era de magnitud 7.