
Durante décadas, el cuerpo femenino pasó inadvertido para la ciencia, la tecnología y el capital. Hoy, la salud de las mujeres no solo gana terreno como tema de conversación pública, sino como uno de los sectores económicos más prometedores de la próxima década.
A nivel global, cerrar la brecha en salud femenina podría representar un aumento de hasta 400.000 millones de dólares anuales en el PIB mundial de aquí a 2040, según cifras del World Economic Forum. La transformación ya está en marcha, y el mercado responde con cifras contundentes.
«En el camino de cerrar la brecha para mejorar los resultados en salud y hacer sistemas sanitarios más equitativos, eficientes e inclusivos, también se ha abierto la puerta a consolidar, inevitablemente, un mercado de gran potencial que desarrolla de productos y servicios en salud y se mantiene competitivo cada día», explica Iolanda Marchueta, profesora del Master en Healthcare & Pharma de EAE Business School, perteneciente a la red de educación superior de Planeta Formación y Universidades.
En el informe que la universidad publicó titulado ‘La salud de la mujer despega: de tabú a negocio millonario y revolución médica, no solo se analiza el panorama de la salud femenina, sino como sus vertientes han impactado en el mercado en los últimos años.
Productividad, inversión y retorno en el negocio de la salud femenina
Además de saldar una deuda histórica, la inversión en salud femenina está generando nos beneficios tangibles. Por cada dólar invertido, se estima un retorno de tres dólares en reducción de costes sanitarios y mejora de la productividad.
Solo en el entorno laboral, iniciativas que abordan temas como la salud menstrual han demostrado reducir el ausentismo en un 62% y la rotación en un 23%, algo que se transforma automáticamente en mayor productividad para las empresas.
Al analizar las cifras globales, se puede ver el apetito del mercado. El sector FemTech —tecnologías enfocadas en la salud de la mujer— fue valorado en 51.000 millones de dólares en 2023, y se espera que supere los 177.000 millones en 2032. El crecimiento de la inversión en esta industria aumentó un 300% entre 2018 y 2023. Todo apunta a una tendencia al alza.
La economía de la salud femenina se expande
El interés por la salud de la mujer ya no se limita a pequeños nichos. Se está diversificando en categorías con proyecciones robustas.
En materia de salud femenina, el mercado de suplementos se valoró en 41.100 millones de dólares en 2023 y podría llegar a 66.500 millones en 2032. En cuanto a la higiene femenina —que incluye desde productos biodegradables hasta skincare íntimo— se estima alcanzará los 48.000 millones en 2028.
Incluso la tecnología participa activamente de este mercado. Aplicaciones móviles como Flo Health, que ofrece seguimiento de menstruación, fertilidad y menopausia, ya suman cientos de millones de descargas. Esta app es, de hecho, el primer unicornio FemTech europeo.
«Esta es una economía emergente con capacidad de escalar en múltiples frentes, desde el desarrollo de soluciones digitales hasta nuevos modelos B2B2C que involucren a pagadores, empleadores y proveedores de servicios», señala Iolanda Marchueta, profesora de la universidad y autora del informe.
La transformación digital como catalizador de un nuevo mercado
Desde que el término «FemTech» fue acuñado en 2026, ha tenido una aceleración exponencial. Las plataformas digitales están permitiendo a millones de mujeres identificar necesidades antes ignoradas y demandar soluciones.
La hiperconectividad también ha visibilizado temas antes considerados tabú, como la menopausia o el síndrome premenstrual, abriendo la puerta a nuevas líneas de productos y servicios con alto potencial comercial.
Sin embargo, el sector enfrenta el gran reto de lograr que la innovación no solo esté enfocada en las mujeres, sino que también sea liderada por ellas. Por el momento, solo el 21% de las empresas de FemTech tiene una fundadora mujer, y apenas el 10% del capital riesgo ha ido a parar a startups dirigidas por mujeres.
Según lo informa el estudio de EAE Business School, las mujeres representan el 51% de la población global y controlan 32 billones de dólares del gasto mundial. Toman entre el 70 y el 80% de las decisiones de consumo. Aun así, los modelos tradicionales han ignorado sistemáticamente sus necesidades específicas.
El auge de esta nueva economía, entonces, no es un gesto de inclusión, sino una respuesta estratégica a una demanda real, escalable y con retorno garantizado. La salud femenina ya no es solo un tema de justicia social o de innovación científica; es un negocio que ya demuestra su verdadero potencial.