Miriam Luna Torres es de Bogotá y su esposo, Héctor Eduardo Sánchez Sierra, de Cali, pero se sienten paisas. Están sentados a pocos metros de la pista de trote de la unidad deportiva de Belén, Andrés Escobar Saldarriaga. “Los paisas nacemos donde nos da la gana”, comenta Héctor.
Desde hace ocho años, cada semana salen de su casa, en el barrio Laureles, hacia la unidad deportiva de Belén, en el occidente de Medellín. Les encanta hacer deporte en la pista de trote. Por eso su malestar con el deterioro que sufrió este escenario hace pocos años y su optimismo con las obras de renovación que estamos ejecutando.
“Es más de lo que esperábamos. Siente uno que a esta administración le duelen los espacios deportivos”, expresa Miriam, quien pensó que el Distrito solo arreglaría los resaltos que tenía el piso y que lo hacía parecer, según varios deportistas, el de una pista de obstáculos. De ahí su alegría cuando el alcalde, Federico Gutiérrez Zuluaga, anunció la renovación de este escenario.
La pista de trote no recibía mantenimiento desde 2019. Miriam cuenta que presenció la caída de atletas debido al deterioro de la infraestructura. Por ello comprenden que desde el 27 de enero de 2025 esté cerrada, pues ese día empezaron los trabajos de renovación que irán hasta mayo, mes para el que proyectamos entregar el escenario como nuevo.
Seguridad y confort
El mantenimiento contempla el cambio del piso por una superficie ideal para la práctica del trote y para atletas principiantes, ya que garantiza mayor seguridad y altos niveles de confort.
Con la inversión de unos 4280 millones de pesos, instalaremos una superficie de pavimento prefabricado en caucho vulcanizado que contará con dos capas: una superior que proporciona mejor elasticidad, agarre y eficiencia en el drenaje; y una inferior que garantiza mayor absorción de los impactos, reduciendo la fatiga y las lesiones.
El Instituto de Deportes y Recreación (Inder), por intermedio de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), contrató estas obras. Diego Serna Zuluaga, subgerente de Ejecución de la EDU, explica que las actividades comprenden recuperación del pavimento, importación del piso para la superficie y reparación de bordillos. “Hoy la obra tiene un avance del 24 %, 3 % adelantado del cronograma inicial”, apunta el funcionario y agrega: “de los más de 1000 escenarios deportivos con los que cuenta la ciudad, encontramos 700 completamente destruidos por falta de mantenimiento”.
La lluvia nos acompaña esta mañana de febrero en la que, como parte de la Secretaría de Comunicaciones de la Alcaldía, visitamos la obra. El sonido del agua lo alteran los gritos de algunos deportistas en sus entrenamientos y los aviones que pasan a poca altura por la cercanía del aeropuerto Olaya Herrera.
La pista tiene una longitud de 423 metros, por siete metros de anchura. Los trabajadores avanzan en el fresado y mediciones topográficas. Ya levantaron el antiguo tapete que estaba deteriorado y lo llevaron al punto de acopio que está cerca de la pista. Luego vendrá la pavimentación e instalación del piso final.
Miriam tiene 62 años y su esposo, Héctor, 69. Ambos son jubilados. Ella estudió terapia ocupacional, trabajó en rehabilitación de personas con discapacidad física y cognitiva y fue profesora de las universidades de Antioquia y del Valle. Lleva 39 años en Medellín. Él es médico, reside en esta ciudad hace 50 años y también fue profesor de la Universidad de Antioquia.
Son atletas. Entrenan en la pista de la unidad deportiva de Belén y, como ahora está cerrada, en el andén que la rodea trotan y realizan ejercicios de fortalecimiento. Suelen hacer deporte juntos y en su trayectoria en esta disciplina han conseguido compañeros y amigos atletas, con los que conformaron un grupo.
Es por ello que Miriam dice que el deporte es muy importante para la salud, el bienestar y para socializar y crear redes comunitarias y, en este sentido, destaca el rol de Robinson Brand o Robin, como ellos lo llaman, el administrador de la cafetería Zona Fresca, que queda junto a la pista de trote.
Invitan a cuidar el espacio
Robinson lleva 16 años trabajando en este punto y sabe detalles de la unidad deportiva de Belén que, normalmente, tiene visitantes de 6:00 a. m. a 9:00 p. m. Muestra cómo a esta hora, cuando ya es mediodía, se va desocupando una cancha de fútbol. Así suele pasar, más o menos, hasta las 3:00 p. m.
Miriam y Héctor trotan y corren por los barrios Trinidad y Naranjal, el sector La Iguaná, la avenida Ochenta, los cerros El Volador, Nutibara y Las Tres Cruces, el aeroparque Juan Pablo II y Parques del Río, entre otros lugares de la capital antioqueña.
Héctor recuerda que en los 80 y los 90, en tiempos críticos del terrorismo de los narcotraficantes, atendió pacientes en barrios estigmatizados y nunca se sintió inseguro.
Los dos, paisas de corazón, conocen bien la capital antioqueña y la quieren. Piensan en el cuidado de espacios públicos como este circuito. Héctor se imagina que cuando termine la obra, la pista quedará “totalmente plana, sin baches ni resaltos, bien señalizada y que la comunidad asuma su responsabilidad: no es un espacio para patinar ni para traer mascotas”. Esto último, porque las mascotas y los patines dañan la superficie de trote y por los riesgos de accidentes con los atletas.
Altos estándares de calidad
Sandra Vera es tecnóloga deportiva. Practica patinaje, natación y, desde hace 15 años, carrera o, como se le denomina más en la actualidad, running. Ha corrido siete maratones y más de 100 medias maratones.
Vive en el barrio Rosales de la comuna 16 (Belén), cerca de la unidad deportiva, y lleva 20 años visitando la pista de trote. Calcula que cuando estaba en funcionamiento, este espacio de atletismo lo visitaban unas mil personas diariamente.
“He apoyado al alcalde Federico, a él le gusta el deporte”, apunta y recuerda que la afectación del circuito ocurrió después de terminada la primera administración del alcalde, Federico Gutiérrez: “fue quedando en el abandono. Se le veía maleza en los carriles uno y dos y se fue alzando el tapete. En redes sociales fui mostrando el deterioro”.
Sandra ve que la renovación de la pista avanza a buen ritmo. Cuando esté lista la volverá a utilizar unas tres veces por semana. En su rutina, en cada sesión de entrenamiento trota cinco o diez kilómetros.
En cuanto finalicen las labores de renovación, la pista tendrá altos estándares de calidad, además de cumplir con los requisitos definidos por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), como se la imaginan Miriam, Héctor y Sandra.