Colombia logró que la Comisión de Estupefacientes de la ONU, que concluyó este viernes en Viena, aprobara una resolución para crear un grupo de expertos independientes que analice la estrategia global contra las drogas y presente recomendaciones para mejorarla.
La resolución, aprobada por 30 votos a favor, 18 abstenciones y sólo tres votos en contra (los de EE.UU., Argentina y Rusia), supone una novedad importante, ya que nunca antes se había establecido una evaluación externa a la estrategia internacional de lucha contra las drogas.
Los países de la Unión Europea (UE) y naciones latinoamericanas como Brasil, Colombia y Uruguay respaldaron la iniciativa.
La resolución de Colombia establece la creación de un comité de 19 expertos encargado de evaluar la situación y desarrollar recomendaciones para reforzar el sistema global de fiscalización de drogas, y sus resultados se debatirán en la reunión de la Comisión en 2027.
El comité estará compuesto por 10 miembros designados por la Comisión de Estupefacientes, el mayor órgano multilateral en materia de drogas; cinco por el secretario general de la ONU, tres por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) y uno por la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que asegura equilibrio geográfico y diversidad de enfoques.
La ministra de Exteriores de Colombia, Laura Sarabia, indicó el lunes en su discurso ante la Comisión la necesidad de replantear la lucha global contra las drogas, al señalar que la estrategia actual no redujo la oferta y ha aumentado el número mundial de consumidores.
«No podemos seguir cometiendo los mismos errores del pasado (…) Para los colombianos, reformar el régimen de drogas es abrir la posibilidad de vivir en un país en paz», afirmó Sarabia ante los 53 Estados de la Comisión.
«Colombia es el país que ha puesto los muertos en esta guerra», dijo la canciller, en referencia a la «guerra contra las drogas». Colombia es uno de los países que ha pedido de forma clara un cambio de rumbo en las políticas internacionales sobre narcóticos, al considerar fracasada la estrategia aplicada hasta ahora en la «guerra contra las drogas».
La ONU alertó en sus últimos informes del aumento mundial de consumidores de drogas y de la proliferación de sustancias sintéticas, más baratas, fáciles de producir y difíciles de trazar que las de origen vegetal, como la cocaína y la heroína.
En 2022, un total de 292 millones de personas consumieron alguna droga en todo el mundo, una cifra de consumidores un 20 % mayor que hace una década.
«Esta resolución es un paso hacia el ‘cambio transformador’ en el régimen global de control de drogas, tal como lo ha solicitado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk», explicó Marie Nougier, experta del Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC), una red global de 190 organizaciones de la sociedad civil.
» Es muy positivo que la resolución haya sido liderada y ampliamente respaldada por países del Sur Global, así como por Europa», señaló Nougier. «Estados Unidos quedó completamente aislado durante las negociaciones y, cuando finalmente se votó la resolución, solo contó con el apoyo de Rusia y Argentina. El panel propuesto es ahora una oportunidad para que expertos independientes repiensen la manera en que abordamos el problema de las drogas», agregó Nougier.
El giro ultraconservador de EE.UU. Uno de los asuntos que ha generado mayor debate y sorpresa entre las delegaciones y los observadores ha sido la postura de los Estados Unidos tras la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca en la votación de diversas resoluciones, al alinearse con países ultraconservadores como Rusia e Irán, este último responsable del mayor número de ejecuciones en el mundo por delitos relacionados con las drogas.
En 2024, al menos 503 personas fueron ejecutadas por delitos relacionados con drogas en Irán, lo que representa un aumento del 6,6 % respecto a 2023, según la ONG Iran Human Rights (IHRNGO), con la mayoría de las víctimas pertenecientes a comunidades marginadas.
EE.UU. y Argentina incluso pidieron en esta reunión eliminar en documentos del año próximo de la Comisión lenguaje referente a la Agenda 2030 de la ONU sobre la aplicación de los objetivos de desarrollo sostenible.
La propuesta, sometida a votación, sólo tuvo el respaldo de Argentina, EE.UU. e Irán. Incluso Rusia o Arabia Saudí votaron en contra de eliminar esos términos de los documentos.
Otras resoluciones adoptadas incluyen la promoción de programas de prevención en jóvenes, el impulso a la investigación de tratamientos para trastornos por estimulantes, el fortalecimiento del desarrollo alternativo para reducir cultivos ilícitos y la integración de la protección ambiental en las políticas de drogas.
Ghada Waly, directora ejecutiva de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), aseguró en el discurso de clausura de la reunión que «en tiempos de división e incertidumbre, necesitamos más que nunca instituciones multilaterales efectivas».
Waly, al inicio de la reunión, criticó las tendencias aislacionistas de algunos países y aseguró que el problema de las drogas carece de fronteras y sólo se le puede hacer frente con la cooperación internacional.
Aunque no mencionó directamente a Estados Unidos, el Gobierno de Donald Trump ha reducido desde que llegara al poder el 20 de enero su participación en foros multilaterales y ha recortado de forma drástica fondos destinados a cooperación internacional.